Tras la aprobación del Tribunal Supremo en los Estados Unidos del «matrimonio» homosexual, tres jueces del Supremo avisan que esta sentencia se usará contra la libertad religiosa de quienes no acepten la doctrina gay.
La sentencia del Tribunal Supremo se ha impuesto en todos los estados que conforman los Estados Unidos de Amércia.
En la sentencia se recoge esto: «las religiones y quienes sostienen con sincera convicción las doctrinas religiosas podrán seguir defendiendo que, por precepto divino, el matrimonio entre personas del mismo sexo no puede ser admitido».
Es decir, sólo los que sostengan esta idea bajo «preceptos divinos» estarán protegidos; sin embargo, una persona que no pertenezca a ninguna religión o los propios sacerdotes, pastores o laicos cristianos que esgriman argumentos de sentido común o puramente biológicos, correrían el riesgo de ser ‘homófobos’ y por tanto la ley tendría que actuar.
El juez Scalia ha dicho: «la sentencia amenaza la libertad religiosa que nuestra nación ha buscado proteger durante tanto tiempo»; también el juez Thomas prevé «que se iniciará retirando los beneficios fiscales a las instituciones religiosas que rechacen el «matrimonio» homosexual – el abogado general del Estado, por encargo del presidente Obama, ya ha anunciado que procederá en este sentido – y que pronto los jueces pasarán a ocuparse de las iglesias que se niegan a aceptar y a celebrar matrimonios homosexuales».
Los jueces ‘disidentes’ del Tribunal Supremo advierten que el próximo paso será obligar también a las universidades cristianas, a las agencias de adopción, a los sacerdotes y a los pastores a obedecer la nueva dictadura del homosexualismo. O a acabar en la cárcel.