La pornografía y sus consecuencias en menores

por | May 31, 2024 | Artículos, Destacadas, Educación, En familia, Familia, Formación, Orientación familiar

Berni Gaitán
Colaboradora de Dale Una Vuelta

 

La pornografía y sus consecuencias en menores La pornografía viene impregnada en las nuevas generaciones como algo socialmente aceptado y anónimo, cada vez más presente en la vida de los niños y adolescentes. La edad de inicio de consumo ha bajado a los 8 años, según los últimos estudios. En los adolescentes su consumo se normaliza en torno a los 13 años en varones y a los 15 años en mujeres. ¿Qué está ocurriendo? ¿De qué manera puede afectar la pornografía a los menores? A continuación, haremos un breve recorrido por algunas de sus consecuencias.

Una de las principales áreas afectadas por el acceso temprano al consumo de pornografía es la esfera de la sexualidad. El sexo que muestra la pornografía crea expectativas irreales y creencias erróneas sobre la sexualidad, la pornografía muestra relaciones sexuales poco realistas y desinformativas. Los menores, al tomar la pornografía como una fuente de aprendizaje, pueden desarrollar ideas distorsionadas sobre el sexo, el desempeño sexual y los roles de género, lo que afecta negativamente su percepción y su salud sexual a largo plazo. En muchas ocasiones, los menores acuden a la pornografía para aprender sobre sexo o por curiosidad. Sin embargo, difícilmente encontrarán en la pornografía una educación sexual coherente con la vivencia de la sexualidad offline, interpersonal.

Peligrosas consecuencias

Por otra parte, el consumo de pornografía se asocia con un aumento en conductas de riesgo, como pueden ser la búsqueda de relaciones sexuales bajo los efectos del alcohol y otras sustancias, el consumo de prostitución o el uso irresponsable del preservativo. La imitación de las prácticas observadas en los vídeos pornográficos puede llevar a comportamientos delictivos y peligrosos. Los menores que consumen pornografía pueden estar más predispuestos a experimentar con drogas y alcohol para intensificar sus experiencias sexuales, incrementando así el riesgo de desarrollar adicciones o enfrentarse a problemas legales.

Otro de los mayores efectos de la pornografía es que presenta a las mujeres de manera objetivada y degradante, lo cual puede influir en los menores al perpetuar actitudes que devalúan a las mujeres. Este tipo de contenido contribuye a la normalización de la violencia sexual, incrementando los estereotipos de género y la imitación de prácticas violentas en las relaciones sexuales. Por esta razón, los menores expuestos a la pornografía pueden desarrollar creencias y actitudes violentas, lo que se relaciona con un mayor riesgo de abuso físico y verbal en las relaciones personales y de noviazgo.

Entre las principales consecuencias observadas, se ha visto que el consumo habitual de pornografía puede causar un deterioro neurobiológico en los menores, afectando a la corteza prefrontal, el sistema de recompensa y las neuronas espejo, áreas cruciales para el control de impulsos y la toma de decisiones. Estos cambios pueden llevar al desarrollo de una adicción a la pornografía, caracterizada por la necesidad compulsiva de consumir contenido sexual, desarrollando tolerancia, dependencia y una regulación emocional disfuncional. Por todo ello, la adicción a la pornografía puede interferir con múltiples áreas de la vida de los menores, incluyendo su rendimiento académico, área fundamental y en pleno desarrollo en esta etapa vital. La pornografía puede provocar la disminución de la capacidad de atención, memoria y habilidades de organización y planificación.

Otro efecto de riesgo es que el acceso a la pornografía a través de Internet plantea serias preocupaciones sobre la privacidad para los menores. Las páginas web de pornografía a menudo filtran datos personales a terceros, registrando hábitos de consumo y vendiendo esta información a otras compañías. Por todo esto, se puede ver que el consumo de pornografía puede afectar negativamente el desarrollo de relaciones personales y afectivas, promoviendo una sexualidad menos íntima y más impersonal, así como el desarrollo de un autoconcepto distorsionado y una baja autoestima. Esto se relaciona con la promiscuidad sexual, infidelidad y un inicio temprano en el sexo.

En la adolescencia, las relaciones con los iguales y el desarrollo de relaciones sociales fuertes es crucial. En este sentido, la dependencia de la pornografía también puede aumentar los niveles de soledad en los adolescentes, favoreciendo el aislamiento y la disminución de actividades sociales, lo cual puede tener consecuencias perjudiciales para su desarrollo emocional y social.

En síntesis, el acceso temprano de los menores a la pornografía puede provocar consecuencias perjudiciales en todas las esferas de la persona, tanto biológica como social, psicológica o académica. Es por esto que el papel de los educadores, tanto padres como profesores, es fundamental para poder brindar a los niños y adolescentes una educación sexual que pueda promover su bienestar y, por tanto, el desarrollo de una afectividad y sexualidad saludables.

Consejos para familias

A continuación, se proponen algunos tips para las familias para prevenir el consumo de pornografía de los menores de casa:

  1. Fomentar la comunicación: hay que dialogar sobre sexualidad con sus hijos. Los padres han de ser el principal modelo a seguir también en el desarrollo saludable de su sexualidad.
  2. Empatía y comprensión: es fundamental abordar el comportamiento de los adolescentes con comprensión de las emociones subyacentes, con sentido crítico y sin enjuiciar.
  3. Promoción de la autonomía: permitir que sus hijos cometan errores y aprendan de ellos, así fomentan su libertad y autonomía en lugar de restringirla.
  4. Ofrecer orientación: las familias han de guiar a sus hijos en el camino, proporcionándoles estrategias, sugerencias de cambios y soluciones alternativas.
  5. Autoconocimiento: fomentar el desarrollo emocional saludable para que los hijos puedan reconocer y aprender a regular sus emociones.
  6. Brindar apoyo incondicional: hacerles entender que, incluso si comete errores, la familia siempre estará ahí para apoyarles de manera incondicional.
  7. Proporcionar recursos: tener libros o películas en casa que puedan generar debates sobre estos temas es una excelente idea para que las conversaciones sobre sexualidad no parezcan intrusivas ni críticas, sino que se puedan abordar con naturalidad y sin vergüenza.

 

Una buena idea es considerar la posibilidad de asistir juntos (padres e hijos) a talleres o sesiones que traten estos temas.

 

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