Los tics transitorios en los niños suelen ser muy frecuentes, especialmente entre las edades de 6 y 10 años. Generalmente cuando se tratan de tics transitorios, se resuelven sin necesidad de intervención. Es importante conocer qué son los tics y cómo actuar si nuestro hijo presenta tics para ayudarle.
¿Qué es el Trastorno por tics transitorio?
Los trastornos por tics en los niños se caracterizan como vocalizaciones o movimientos motores estereotipados, rápidos, recurrentes e involuntarios.
Los tics transitorios en los niños se experimentan generalmente como irresistibles, pero en ocasiones dejan de ocurrir durante períodos de tiempo. Algunas personas sienten una necesidad o impulso de hacer el tic, en forma de tensión y al que precede, con la realización del tic, una sensación de alivio y de sentirse más seguros. Algunos ejemplos de tics:
1. Tics motores:
- Parpadeo continuo de los ojos
- Sacudidas de cabeza
- Encogimiento de hombros
- Muecas o gestos faciales
- Saltar
- Tocar a las demás personas o cosas
2. Tics vocales:
- Toser
- Carraspear
- Gruñir
- Hacer ruidos
- Inspirar fuertemente aire por la nariz
- Soplar
- Chasquear la lengua
Su ocurrencia depende del momento del día y del contexto, y suelen disminuir cuando el niño está concentrado, y aumentar en momentos de aburrimiento o relax. En cuanto a la causa del trastorno por tics transitorios en los niños, están involucrados factores genéticos, diferencias neuroanatómicas y actividad neuroquímica, así como factores conductuales o de aprendizaje.
El trastorno por tics puede causar problemas de autoestima y dificultades en las relaciones sociales, pues los niños con tics suelen ser percibidos como “extraños” o que “hacen cosas raras” por sus congéneres. Si perdura durante más de seis meses, es importante consultar con un especialista. Y en cualquier caso consultar con su pediatra cuando aparecen, para descartar causa orgánica.
¿Todos los tics pertenecen a un Trastorno por tics?
No, los tics transitorios en los niños son muy habituales en edad escolar, y suelen ser evolutivos. Es decir, forman parte de una etapa del desarrollo, y aparecen y desaparecen de manera natural sin requerir tratamiento. En otras ocasiones, el tic se cronifica y es entonces cuando se convierte en un trastorno.
¿Qué hacer cuando un niño presenta tics?
Los niños con tics, necesitan rodearse de un ambiente comprensivo y tolerante que les ayude a trabajar y desarrollar sus potenciales y capacidades, que además sea flexible para poder adaptar las demandas académicas a sus necesidades educativas. Pautas a tener en cuenta:
- No regañar al niño cuando realiza el tic, ni mirarle, mostrar desagrado, nerviosismo o cualquier otra conducta que le haga sentirse mal. Es mejor, salvo que el niño esté en tratamiento y el terapeuta nos dé alguna indicación concreta, actuar con normalidad, sin poner atención sobre el tic. Por tanto, muéstrale siempre tu apoyo y hazle entender que no pasa nada.
- Proporcionarle un espacio físico adecuado en el aula y en casa donde pueda descargar los tics, o permitir la salida de clase (dónde el niño no se sienta observado y pueda liberar los tics de una manera más relajada)
- Acordar con el niño determinadas señas, por si tuviera que salir de clase, para no llamar la atención de los demás niños
- Dar información al círculo que rodea a tu hijo. Es fundamental que sus hermanos, compañeros de clase y amigos conozcan qué son los tics, y cómo deben actuar, ya que contribuirá a normalizar el problema. Podemos decirles que es un hábito nervioso, como morderse las uñas, y que el niño no lo puede controlar. Así mismo recordarles que son muy frecuentes en niños y se van normalmente de manera natural.
- Mantener una rutina y estabilidad tanto en casa como en el cole, ya que esto ayudará a disminuir la ansiedad y tranquilizará al niño.
- Mantener informado al niño de cualquier evento que se salga de lo habitual y que le suponga un esfuerzo o situaciones nuevas para evitar que aumente su estrés.
Si tu hijo presenta tics, en primer lugar recuerda que la mayoría de veces son evolutivos, es decir, que forman parte del desarrollo y no se convertirán en un trastorno. Solo un pequeño porcentaje se cronifica y requiere tratamiento.Y, lo más importante NUNCA culpabilices al niño por sus tics. Como ya hemos comentado son involuntarios, y el hecho de hacerlos ya les produce suficiente vergüenza y ansiedad. Debemos mostrarnos comprensivos y empáticos.
Úrsula Perona
Psicóloga infantil