Jonathan Dupré podrá mantener su puesto de trabajo y cuidar de su hija Naëlle, de 5 años, que padece cáncer de riñón. Gracias a la ley francesa, que permite que los compañeros de una empresa traspasen sus días de vacaciones a otros compañeros, este padre podrá dedicarse a cuidar a su hija sin necesidad de perder su trabajo.
Esta concesión de días debe estar aprobada por el jefe de cada empresa donde los empleados quieran hacer eso por alguno de ellos.
«Por las pruebas y las sesiones de quimioterapia, había gastado ya todas mis vacaciones», señala Jonathan al diario Le Réveil. Su hija padece un cáncer cuyo tratamiento de quimioterapia es muy duro.
La ley francesa que permite poder acudir a este tipo de acciones, en casos justificados de atención familiar, es un ejemplo de conciliación en toda regla. Gracias a este tipo de leyes se puede conciliar, sin riesgo a perder el trabajo, las necesidades familiares con las obligaciones laborales. Además, también incentiva la generosidad y la colaboración entre compañeros de trabajo, lo cual facilita el ambiente en una oficina.
Para ampliar la noticia, ABC