Vemos una madre que acaba de dar a luz y mira arrobada a su hijo recién nacido y vemos a un padre que contempla extasiado a su mujer y a su hijo. La Navidad es la fiesta de la familia, la hace visible y, por eso, es un reflejo de toda la historia de la humanidad que se hace y vive en familia. La Navidad nos recuerda que sin familia no hay humanidad.
Es sorprendente que Dios, según la tradición cristiana, haya querido hacerse presente en la historia a través de una familia, integrándose personalmente en una familia. Trabajar por la familia es seguir esta huella de la acción de Dios en la historia de los hombres, es coadyuvar a todo lo que representa la historia de la Redención y del amor de Dios por los hombres y las mujeres.
Es buena fecha esta de las celebraciones navideñas, en consecuencia, para ratificarnos en la importancia que tiene nuestro trabajo en pro de la familia y la vida para el bienestar y la calidad humana de los hombres de nuestros tiempos. Todos los socios, simpatizantes y colaboradores del Foro de la Familia pueden celebrar la Navidad con la satisfacción de estar ayudando a que el gran proyecto de Dios para los hombres se haga realidad.
