‘October Baby’

por | Abr 24, 2013 | Noticias | 1 Comentario

Hannah es una joven universitaria que sufre un desmayo mientras está interpretando una obra de teatro. La chica es asmática y además tiene un historial de epilepsis, pero hay algo más… No todos su males parecen físicos. Hannah siente que su vida no tiene sentido. Y mientras consultan con el médico recibirá una noticia tremenda. Ella es adoptada; su verdadera madre quiso abortar, pero falló… Tras el shock Hannah emprenderá la búsqueda de su madre biológica.

Los productores de Gigantes hacia la victoria y Prueba de fuego son los responsables de esta nueva película de marcado carácter antropológico, enriquecido por una explícita visión cristiana de la vida. En October Baby el tema principalísimo es el del aborto, pero lejos de regodearse en imágenes visualmente traumáticas o momentos truculentos, hay un perspectiva optimista al acercarse a un tema tan controvertido, ya que la propia narración estriba y desemboca en una celebración de la vida. Es como darle la vuelta a la tortilla. El equipo de guionista ofrece además varios temas colaterales de enorme importancia, como son la necesidad de perdonar y perdonarse para ser libres, la importancia de abrir el corazón para poder acoger el consejo oportuno, la fe en Dios, el amor limpio entre los jóvenes, la relación entre padres e hijos, etc.

Pero las historias además de ser buenas deben estar bien contadas. Y la productora independiente Provident Films no comete el error de devaluar técnicamente el proyecto. Así los directores Andrew y Jon Erwin ruedan con gran oficio, saben manejar la cámara suavemente, sin que se note, pero fijándola con fuerza en primeros planos cuando es necesario. Por el contrario, rechinan algunas situaciones forzadamente diseñadas (véanse los episodios con el policía y con la enfermera) y es verdad que, más que en otros filmes, en October Baby hay un recurso exagerado –muy yanqui, podríamos decir– a la lágrima fácil, a jugar demasiado con el corazoncito del espectador, con gran profusión de momentos sentimentales (atención a los títulos de crédito), acompañados de música con letra “ad hoc”, etc. El resultado es que puede resultar un poquito pesado ese exceso de buenismo sentimental, lo cual no es óbice para mantener la entidad de lo que se narra. El reparto, con tan sólo algún rostro conocido –John Schneider (Smallville)–, está muy bien, comenzando por la protagonista, Rachel Hendrix.

Decine21

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