Por sus obsesiones ideológicas, el Gobierno ha creado un problema gratuito a las familias: la supresión de la regla de que los apellidos de los nuevos nacidos son el del padre y la madre por este orden. Esta regla tradicional –tan válida como cualquier otra- le parecía al Gobierno machista y patriarcal, contraria al igualitarismo de género que nos están imponiendo; y por eso pretende suprimirla…sin tener alternativa. La regla preexistente, socialmente pacífica, se suprime y, como no se logra consenso sobre una alternativa, la ley dirá que si no hay acuerdo de los padres el funcionario impondrá el orden de apellidos que le apetezca.
Donde había paz, se crea conflicto: los padres han de consensuar el orden de los apellidos. Y si no hay acuerdo, decide un funcionario a su buen entender sin que la ley le de criterio alguno al respecto. ¡Qué absurdo!
Las obsesiones ideológicas del Gobierno, su afán de deconstruir artificialmente las relaciones familiares, crean una fuente de conflictos donde había paz y, además, el Gobierno no resuelve el problema por él creado estúpidamente. Si no se entiende la postura del Gobierno, menos aún se entiende el colaboracionismo de la oposición que apoya este sin sentido.
Benigno Blanco
Presidente del Foro de la Familia