Si no lográsemos que la manifestación del 14M sea un éxito por la ingente cantidad de personas que asista, caerá un muro de silencio sobre el aborto en España que puede durar muchísimo tiempo; un muro de silencio sobre el aborto como el que existe desde hace décadas en los países de nuestro entorno. En Francia, Alemania, Italia o Gran Bretaña hace décadas que el aborto ha desaparecido de la conciencia colectiva; es un tema normalizado y del que ni se habla. No podemos consentir que en España suceda lo mismo.
En España se ha conseguido hasta ahora que a pesar de haber transcurrido 30 años desde la primera ‘Ley del aborto’ siga siendo la ley y la práctica del aborto materia de pública discusión, lo que ayuda a que las conciencias no se adormezcan y en consecuencia a que no se produzca la total normalización y banalización de la práctica del aborto. En nuestras manos está ayudar a que en nuestro país, al menos, se siga poniendo en cuestión la legislación vigente y el propio aborto. Para ello tenemos que hacer visible por todos los medios a nuestro alcance el rechazo al aborto por parte de una mayoría de ciudadanos que no puede volverse silenciosa.
Esta es la razón de fondo de la manifestación del 14M. Podemos –y por tanto debemos-, hacer el esfuerzo personal y colectivo de salir a la calle para hacer oír la voz de la vida. Es nuestra responsabilidad y una exigencia ética a la que no podemos renunciar.