Más de 160.000 personas llenaron el sábado 26 el centro de Madrid para protestar contra el aborto y la eutanasia
España se vuelca para defender el «Sí a la vida»
Vivir es un derecho y no debería ser una reivindicación. Sin embargo, como demostraron ayer miles de personas, la situación actual obliga a echarse a la calle y gritar «Sí a la vida (alegre y divertida)», añadieron muchos de los niños que asistieron.
La legalización del aborto, el proyecto de crear una ley de muerte digna –eufemismo de eutanasia–, la libre dispensación de la píldora del día después y la selección genética «atentan contra la vida y estamos aquí para reclamar que se ponga fin a este ataque», afirmó Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, una de las 48 asociaciones convocantes. Todas ellas tenían su lugar en la cabecera de la manifestación. El eurodiputado Jaime Mayor Oreja, el ex alcalde la capital, José María Álvarez del Manzano y el diputado madrileño David Pérez fueron algunos de los políticos que recorrieron la calle Alcalá. Los organizadores insistían en que la marcha era apolítica y aconfesional y por ello, los mandatarios que asistieron trataron de no robar protagonismo a las familias y a los mayores, que, junto con los niños y jóvenes, se convirtieron en el grupo más numeroso.
Sobre el escenario no se lanzaron proclamas directas contra el Gobierno, pero los portavoces tenían claro que con la manifestación se buscaba volver a reclamar la derogación de las leyes que vulneran los derechos a la vida. «Esto tiene que tener algunarepercusión política. Estamos demostrando que la sociedad pide un cambio», declaró Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir. «Nos estamos jugando nuestra propia vida porque todos seremos ancianos y eso trasciende la propia política», añadió Luis Carbonel, presidente de Concapa, asociación que agrupa a los colegios católicos.
El fin del aborto y el apoyo a la maternidad se convirtieron en dos de los pilares de la manifestación y una gran parte de los organismos que acudieron luchan día a día contra la «normalización de la interrupción del embarazo. Cada vez acuden a nosotras menos porque es muy fácil abortar», explica Teresa Díez, de Familias para la Acogida. En los colegios e institutos, la impresión es similar: «Para los adolescentes la realidad del aborto se corresponde mucho más con su día a día. No se dan cuenta de que con el apoyo de familiares y amigos el problema no existiría», afirma Mari Carmen Carrón, portavoz de la Asociación para Renovación Cultural y Pedagógica (Arcyp).
Compromiso futuro
Se esperaba lluvia, pero el sol brilló y ayudó a incrementar el número de manifestantes, unos 160.000, según los organizadores. Carteles, pancartas, camisetas y sobre todo, muchas proclamas reclamaban los derechos de los niños no nacidos, las mujeres a las que se les niega su derecho a ser madre por sufrir rechazo económico y social, y los enfermos a los que se obliga a morir. Lo sabe bien un colectivo que se relaciona con todos estos casos: el de los médicos.
«Tenemos mucho que decir ya que todos estos embates arremeten contra la deontología médica. Somos muchos médicos los que no queremos practicar abortos y nos sentimos obligados a ello. Y no sólo nosotros, también afecta a anestesistas y auxiliares», asegura Enrique Jaureguizar, presidente de Médicos por la Vida.
La marcha verde llenó la Puerta del Sol, ante la mirada curiosa de los extranjeros que visitan la capital. Con puntualidad británica, las cuatro asociaciones que coordinaron el evento subieron al escenario de 100 m2 desde el que Miguel Ángel Tobías, presentador del acto, amenizó la jornada. Rodeados de un grupo de niños, las portavoces transmitieron un mensaje unitario, lleno de sentimiento y con el que dejaron claro que no iban a rendirse. «Cada año nos manifestaremos para mostrar nuestro compromiso por la vida», aseguró Carmina G. Valdés, directora general de la Fundación Red Madre. «Ha sido un extraordinario éxito», proclamó Manuel Ortuño, coordinador de la cita.
«Exigimos compromiso en los programas electorales»
Mercedes, una de las voluntarias de la jornada, le arrebató cierto protagonismo a Miguel Ángel Tobías, el presentador oficial. Con sus frases y su alegría logró movilizar a los manifestantes. Aunque los aplausos estallaron definitivamente en la lectura del manifiesto. En especial cuando Tobías exclamó: «Pedimos que las fuerza políticas incluyan en sus programas electorales el compromiso de defender la vida y cortar el paso a la cultura de la muerte». Minutos antes, los testimonios de varios jóvenes con síndrome de down y de Rita, una joven que dio a luz a pesar de la falta de apoyo, justificaron la marcha.