Las respuestas a las 190 preguntas deben analizarse muy seriamente, para evitar cometer en el futuro los graves errores que algunas parejas realizan, alegando una previa ignorancia. Así nunca podrán decir: A mi no me dijeron nada de este tema. Si me lo hubieran dicho, hubiera actuado de otra manera. Quién iba a pensar que teníamos que habernos fijado en esto, para corregirlo.
Elijan unos buenos momentos, para mantener esos necesarios diálogos y traten de inspirarse todo lo que puedan, para hacerlos inteligentemente, con el corazón totalmente abierto, sin dobleces, engaños, ni mentiras, es por el bien de los dos y su futura familia.
Novios, no tengan miedo a decir la verdad, sin tapujos, dobleces, cobardías o pasividad. Es preferible que un noviazgo se rompa, por haber hablado claro, que un matrimonio fracase, por no haberlo hecho. Eviten ser cómplices de una desgracia, que atañerá a su futura familia y a Vd.
Novios, no tengan miedo a escuchar a sus padres, a las personas que les quieren y a las que tienen una buena experiencia matrimonial, sobre los argumentos que les aconsejen, para la no realización de su futuro matrimonio. Analicen bien sus palabras, para que no haya ningún resquicio, en sus respuestas prematrimoniales. Cuatro ojos, ven mejor que dos. Luego no digan: “me pasa por no haberles hecho caso, cuando estaba todo tan claro y yo no quería ver la realidad”.
Las respuestas deben ser realizadas individual y privadamente. Luego deberán entregarlas a un experto sacerdote, pastor, rabino o imán, según sea su religión, o al equipo de expertos que ellos designen, para que les ayuden a determinar, los puntos en los que difieren, en los que deben trabajar para mejorar, en los que tienen que eliminar y los medios especializados que deben utilizar, para que conseguir que su futuro matrimonio sea feliz, duradero y fructífero. En todas las iglesias, sinagogas o mezquitas, recomiendan o exigen, la asistencia a cursos prematrimoniales, con determinados formatos y especializaciones, relacionados en las respuestas realizadas.
En temas prematrimoniales, lo que se ignora puede lastimar el futuro. Los futuros esposos corren el riesgo de autoconvencerse y asumir, que ya se conocen entre sí y que conocen también las reglas básicas del matrimonio, aunque previamente a éste, no hayan dialogado y pedido consejo, en los asuntos importantes. Algunos no dialogan sobre lo importante, prefiriendo ignorarlo y así evitar los posibles disgustos, que les pudieran separar de su futuro cónyuge. No se case, sin haber dialogado sobre estos temas.
Estar de acuerdo con el futuro cónyuge, en el 90% de los conceptos, no quiere decir que en el otro 10%, no haya cosas importantes que tienen que dialogar y pedir consejo. El dialogo y los consejos prematrimoniales, pueden y deben aclarar bien las posiciones, para tener bien claros los criterios que les unen y los que les separan y así poder obrar en consecuencia.
Este artículo va dirigido especialmente a los novios que van a contraer matrimonio, pero también deben hacerlo los ya casados, para revivir las preguntas que en su día se hicieron o no se hicieron, y para hacer una evaluación periódica de la marcha de su matrimonio.
Entre los artículos relacionados, hay algunos que tratan sobre el divorcio. Aunque haya personas que piensan que este tema no se debe comentar, en un artículo de preguntas prematrimoniales, porque los novios están muy ilusionados, en su preparación para contraer matrimonio. Pero el divorcio es un tema que está ahí, para más del 50% de los matrimonios que actualmente se celebran. Ignorarlo, no tomarlo en cuenta o desdeñarlo, es querer tapar el sol con un dedo o poner puertas al campo. Lo que hay que hacer, es utilizar todas las herramientas disponibles, antes y después del matrimonio, para que nunca llegue a ocurrir. Los padres que deciden voluntariamente, no contraer matrimonio o divorciarse, algún día tendrán que responder moralmente ante sus hijos, por lo que les han hecho y por lo que no les han hecho. Para planear bien un matrimonio, hay muchos sitios en los que se puede consultar, pero hay muy pocos lugares para consultar, sobre cómo evitar el divorcio. Por eso es más valioso poner todos los medios, afianzar el matrimonio, para prevenir el divorcio.
Las acciones y actitudes mantenidas en el matrimonio, son decisiones que no atañen solamente a los dos cónyuges, pues un feliz y bien llevado matrimonio o unas malas relaciones, influye enormemente en los futuros hijos y en las relaciones con los familiares de ambos cónyuges. Por eso todos los esfuerzos prematrimoniales realizados, con serenidad y conocimiento de causa, ayudan mucho a disminuir el número de matrimonios fallidos. Cuanta más energía empleen los futuros cónyuges, en hacer bien las cosas, muchas más probabilidades tendrán de obtener éxito, en esta sagrada decisión.
El matrimonio es una cuestión de calidad, de entrega total e incondicional, de esencia, de profundidad y de evitar a toda costa, que las apariencias engañen. El matrimonio se debe realizar, sin medir lo que doy y lo que recibo, sin regatear esfuerzos y sin otra mentalidad que el amor.
Estas y otras preguntas similares, son la guía para que los futuros cónyuges sepan, cuál es su posición ante el matrimonio. A la hora de debatir hay dos tipos de personas: Las que tienen la conciencia muy afinada y que buscan la verdad, incluso sometiendo a revisión hasta sus propias afirmaciones, a pesar de que algunos no las puedan comprender, y las personas que sólo buscan vencer al contrario.
Es más importante poner todas las energías posibles, en preparar bien el matrimonio, que desgastarlas en prepara la boda.
190 Preguntas previas al matrimonio. Las respuestas individuales y secretas pueden ser: A- Si hemos dialogado. B- No hemos dialogado. C- Estoy de acuerdo. D- Estoy en desacuerdo. E- Estamos de acuerdo. F- Estamos en desacuerdo. G- Lo desconozco.
1- Amigos anteriores y futuros
¿De nuestros amigos, quiénes son los que apoyan nuestras creencias y estilo de vida que valoramos?
¿Estamos de acuerdo en la cantidad y calidad de tiempo, que cada futuro cónyuge pasa con sus amigos?
¿Nos sentimos cómodos y a gusto con las amistades de nuestro cónyuge?
¿Tenemos amigos mutuos, que ambos disfrutamos?
¿Tenemos amigos que consideramos tóxicos para nosotros y para nuestros hijos?
¿Tiene mi futuro cónyuge algún amigo, que no puedo o no quiero fomentar?
2- Conocerse a si mismo y conocer al futuro cónyuge
¿Causan problemas entre nosotros el uso de algunas drogas como alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, etc.?
¿Compartimos con nuestro futuro cónyuge los conocimientos sobre nosotros mismos?
¿Compartimos frecuentemente nuestros sentimientos personales?
¿Creemos que ambos somos honestos, el uno con el otro?
¿Cuáles son los hábitos y costumbres de mi futuro cónyuge que me irritan o molestan?
¿Cuándo tenemos diferencias, intentamos dialogarlas o buscamos otros medios para encontrar las soluciones?
¿Desprecio en algunas ocasiones a mi futuro cónyuge?
¿El alcohol y las drogas nos causan actuaciones inapropiadas?
¿En las discusiones, comentarios o desacuerdos, cada uno siempre quiere ganar?
¿En qué campos o situaciones me asusta el comportamiento de mi futuro cónyuge?
¿En qué ocasiones mi futuro cónyuge cree que no le escucho?
¿Espero que mi cónyuge después de la boda, cambie algunas de sus conductas y comportamientos, que actualmente rechazo?
¿Estamos completamente de acuerdo, en cómo manejamos las situación cuando hay cambios?
¿Estamos de acuerdo en cuáles son los mejores y los peores momentos del día, para comunicarnos asuntos de importancia?
¿Estamos de acuerdo en el comportamiento que debemos tener, en situaciones sociales?
¿Estamos de acuerdo en intentar dialogar, para solucionar nuestras desavenencias?
¿Estamos de acuerdo, en la forma en la que nos demostramos nuestro amor?
¿Estamos de acuerdo en pedirnos perdón, cuando hayamos discutido, con independencia de quién pudiera haberse equivocado o tenido razón?
¿Estamos de acuerdo respecto a los papeles que deben jugar cada cónyuge, y en lo que nosotros esperamos el uno del otro?
¿Estamos molestos con algunas de las actividades recreacionales o pasatiempos, de nuestro futuro cónyuge?
¿Estamos preocupados de que un factor en especial, pudiera dominar a nuestras vidas: Hijos, preocupaciones comunitarias, trabajo, realización personal, etc.?
¿Estamos preocupados por el interés de nuestro futuro cónyuge, en practicar los juegos de azar?
¿Estoy preocupado de que las implicaciones emocionales del pasado de ambos, con otras personas, vayan a afectar nuestro matrimonio de manera negativa?
¿Han dialogado sobre sus opiniones relacionadas con la política, sexo y religión?
¿Hay algunos asuntos que nunca los discutiremos?
¿Hay cualidades en nuestro futuro cónyuge, que no respetamos?
¿Hemos acordado dejar atrás u olvidar, las heridas o cosas malas que nos pasaron anteriormente?
¿Me encuentro tranquilo, relajado o nervioso cuando estoy cerca de mi futuro cónyuge?
¿Nos causa problemas el sentido particular del humor de cada uno, para las cosas del futuro matrimonio?
¿Nos encontramos en desacuerdo en repetidas ocasiones y en los mismos puntos, sin dialogarlos para ponerles remedio?
¿Nos escuchamos con atención?
¿Nos gustaría poder cambiar algunas de las formas en que resolvemos nuestros problemas?
¿Nos molestan las cantidades de alcohol y tabaco, que consume nuestro futuro cónyuge?
¿Nos podemos expresar con plena confianza, claramente y sin limitaciones o nos sentimos cohibidos, por miedo a hacerlo libremente?
¿Nos preocupa la actitud y relación que tenemos, con el sexo opuesto?
¿Nos preocupa que el futuro cónyuge, me castigue con sus silencios?
¿Nos respetamos los deseos de tener actividades y tiempo independiente, para cada uno?
¿Nos respetamos nuestros diferentes puntos de vista?
¿Nos sentimos cómodos de la manera que ambos reaccionamos, al expresar los sentimientos, cuando estamos en desacuerdo o cuando estamos enfadados?
¿Nos sentimos frecuentemente infelices?
¿Nos vemos uno a otro, como tercos e inflexibles?
¿Nuestros continuos o inesperados cambios de humor o de actitud, podrían causarnos problemas?
¿Podemos apoyarnos mutuamente, cuando lo requiramos emocional o sentimentalmente?
¿Sentimos que nuestro futuro cónyuge, no sea la persona correcta para nuestro matrimonio?
¿Somos concientes de escucharnos mutuamente, para tener en cuenta las ideas y quejas del otro y así poderle dedicar la mayor parte de la energía y esfuerzo, no distrayéndose en otras cosas menos importantes?
¿Tenemos claro sobre las cosas qué tenemos que hablar y cuales tenemos que callar?
¿Tenemos intereses diferentes, porque procedemos de ambientes distintos como: Raza, país, ciudad, rural, intelectual, económico, cultural, etc.?
¿Tenemos preocupaciones por la manera en que resolvemos los problemas personales?
¿Valoramos mucho el mantener la paz a cualquier precio?
3- Familias anteriores
¿Aceptamos completamente a nuestras futuras familias?
¿Estamos preocupados que nuestras respectivas familias puedan interferir o influir en nuestra relación matrimonial?
¿Hemos dialogado con nuestras familias que nuestra prioridad matrimonial está por encima de de las responsabilidades de nuestras anteriores familias?
¿Hemos dialogado sobre la posible interferencia negativa de las costumbres de nuestras familias en la resolución de nuestras diferencias?
¿Hemos tenido interferencias familiares o sociales para realizar nuestros planes de matrimonio?
¿Los estilos económico, social y cultural de nuestras familias son tan diferentes que pueden causarnos problemas?
¿Nos preocupa que la familia de nuestro futuro cónyuge quiera que pase demasiado tiempo con ellos?
¿Nos sentimos completamente aceptados por las respectivas familias?
¿Nos sentimos incómodos con la actitud del otro futuro cónyuge, respecto a nuestras respectivas familias?
¿Nuestras familias aprueban y aceptan a cada uno de nosotros, como futuros cónyuges?
¿Nuestras respectivas familias aprueban o desaprueban, nuestra elección y práctica religiosa?
¿Tenemos alguna presión externa, para que nos casemos o para que no nos casemos?
¿Tenemos familiares tóxicos para nosotros y para nuestros futuros hijos?
¿Tenemos problemas en recibir ayuda económica de nuestras familias?
4- Finanzas familiares
¿Estamos de acuerdo de cómo mantendremos económicamente nuestra familia?
¿Estamos de acuerdo en el uso de las facilidades de crédito, en nuestra administración financiera?
¿Estamos de acuerdo en la cantidad de apoyo económico, que le brindaremos a nuestra Iglesia?
¿Estamos de acuerdo en la forma que hemos planeado nuestra seguridad económica para el futuro: Seguros, ahorros, inversiones, testamentos, presupuesto, acuerdos prematrimoniales, etc.?
¿Estamos de acuerdo en la importancia que le demos a nuestro status social, al dinero y a las posesiones materiales en nuestra familia?
¿Estamos de acuerdo para hacer un presupuesto de ingresos y de gastos, con su seguimiento y un único fondo común?
¿Hemos dialogado sobre cómo formar su familia, independientemente financiera, sin depender de la familia anterior?
¿He hablado sinceramente con mi futuro cónyuge, sobre como manejar las diferencias de ingresos que pudiéramos tener?
¿Hemos acordado como manejar los activos y las deudas, que cada uno aportaremos al matrimonio?
¿Hemos decidido como nos dividiremos específicamente, las responsabilidades de manejar nuestros asuntos financieros?
¿Hemos decidido si tendremos cuentas de banco, ahorros e inversiones individuales o mancomunadas?
¿Hemos dialogado sobre algunas preocupantes experiencias anteriores, relacionadas con el uso del dinero?
¿Hemos dialogado sobre avales financieros, en créditos de otras personas y sobre otras obligaciones financieras?
¿Hemos dialogado sobre cómo tomar entre los dos, las decisiones financieras?
¿Hemos dialogado sobre las deudas contraídas antes del matrimonio, las posibilidades de pagarlas y las diferentes formas de poder hacerlo?
¿Hemos llegado a acuerdos satisfactorios de cómo manejaremos nuestro presupuesto, de ingresos y gastos?
¿Las diferencias en la práctica de nuestras virtudes y valores humanos, los antecedentes familiares, sociales o económicos, pueden llevarnos a tener problemas en cuánto, dónde y cómo gastaremos el dinero?
¿Nos preocupa como gasta el dinero tontamente, el futuro cónyuge y que después lo siga haciendo?
¿Nos preocupa que nuestros gastos sean mayores que nuestros ingresos y nos endeudemos?
5- Iglesia y religión
¿Con cuáles de las enseñanzas de la Iglesia no estamos de acuerdo?
¿Consideramos que la fe personal de cada uno en Dios, será un ingrediente importante en el futuro matrimonio?
¿Creemos que Dios estará presente, en las situaciones cotidianas de nuestro matrimonio?
¿Creemos que Dios puede ayudarnos a resolver los problemas y sufrimientos, que ocurran en nuestro matrimonio?
¿Es importante para nuestra futura vida matrimonial, el tener muy definido el conocimiento y la practica de las virtudes y valores humanos?
¿Estamos conformes o disconformes, de hacer las promesas para mantenerse católico y mantener esa religión en nuestros hijos?
¿Estamos de acuerdo en desarrollar actividades y prácticas, que ayuden a fortalecer el desarrollo espiritual de nuestro matrimonio?
¿Estamos de acuerdo en que los católicos que reciben el Sacramento del Matrimonio, deben seguir practicando su religión?
¿Estamos de acuerdo sobre nuestra actual participación en la iglesia?
¿Estamos preocupados por tener que sacrificar nuestras tradiciones y practicas religiosas, para evitar conflictos religiosos entre nosotros?
¿Estamos preocupados porque nuestra participación en diferentes Iglesias, pudiera causar problemas en nuestro matrimonio?
¿Estamos preocupados sino pudiéramos compartir cuestiones de fe y espiritualidad con nuestro cónyuge?
¿Hemos dejado todo atado y bien atado, para que con el paso del tiempo, no haya alegaciones que pudieran servir para la nulidad matrimonial?
¿Hemos dialogado que el matrimonio católico dura para siempre y el divorcio es solamente para un tiempo, pues casi siempre los cónyuges divorciados vuelven a casarse?
¿Hemos dialogado sobre cómo hacer, para que nuestras formas de espiritualidad, creencias, costumbres y prácticas religiosas, fortalezcan nuestro matrimonio?
¿Hemos dialogado sobre cómo manejaremos las cuestiones de sacramentos, normas, costumbres y tradiciones de la Iglesia, en la educación de nuestros hijos?
¿Hemos dialogado sobre la importancia que tiene para nuestro matrimonio, el orar juntos?
¿Hemos dialogado sobre las maneras de manejar, de manera constructiva cualquier conflicto sobre religión en nuestro matrimonio?
¿Hemos dialogado y acordado cómo hacer, que nuestras diferencias religiosas sean un factor para reforzar nuestro matrimonio?
¿Hemos dialogado y llegado a acuerdos, sobre la manera que enseñaremos a los hijos nuestras creencias y virtudes y valores humanos, incluyendo nuestro ejemplo?
¿Hemos examinado y dialogado profundamente ambos cónyuges, nuestras virtudes y valores humanos y creencias religiosas?
¿Nos sentimos cómodos, si le pedimos a nuestro futuro cónyuge, que recemos juntos?
¿Podremos continuar las prácticas religiosas que tenga cada uno, después del matrimonio?
¿Tenemos dificultades en compartir nuestra fe e ideas religiosas?
6- Los futuros hijos
¿Aceptaríamos el hecho que nuestro cónyuge, no pudiera tener hijos?
¿Actualmente estamos esperando un hijo antes de casarnos?
¿Estamos de acuerdo en que nuestros hijos sean bautizados y educados como católicos?
¿Hemos compartido los sentimientos, con respecto a las responsabilidades relativas a tener hijos y educarlos en todos los aspectos?
¿Hemos dialogado sobre cómo realizar la educación de los hijos con sus normas, disciplina, premios y castigos?
¿Hemos dialogado sobre el número de hijos y las fechas de tenerlos?
¿Hemos dialogado sobre la forma en la que fuimos disciplinados en nuestra niñez y juventud y si eso afectará a la forma de educar a nuestros hijos?
¿Nos preocupa que nuestras familias interfieran en nuestra manera religiosa, escolar y social de criar y educar a nuestros hijos?
7- Matrimonio y futura familia
¿Creemos que estamos contrayendo matrimonio, demasiado pronto?
¿Creemos que nuestra relación matrimonial, vaya cambiando a mejor o a peor, a medida que nosotros cambiamos a través de los años?
¿Cuáles son las principales recomendaciones, que nos hacen nuestros padres, amigos, sacerdotes, pastores, rabinos o imanes para que no contraigamos este matrimonio?
¿Esperamos que el matrimonio nos resuelva los problemas importantes de nuestras vidas?
¿Estamos de acuerdo con las responsabilidades que cada uno hemos decidido aceptar, en la manera de cómo administraremos nuestro hogar?
¿Estamos de acuerdo en aportar al futuro matrimonio, nuestras tradiciones y costumbres de cada uno de nosotros?
¿Estamos de acuerdo en el papel que cada uno desempeñará, en la educación de los hijos?
¿Estamos de acuerdo en el tipo de vivienda, emplazamiento, costo, características y si la deberíamos comprar o alquilar, para nuestro futuro a plazo corto y a plazo largo?
¿Estamos de acuerdo en los tiempos, formas y frecuencias que cada uno tiene para sus ratos de distracción?
¿Estamos de acuerdo en que habrá pocos o ningún conflicto en nuestro matrimonio, mientras que nos sigamos amando?
¿Estamos de acuerdo en tener determinados momentos de privacidad?
¿Estamos dispuestos a aceptar y adoptar, nuestras propias costumbres sociales, eliminando las que no sean compatibles entre nosotros, la familia y la sociedad?
¿Estamos dispuestos a pedirnos perdón, antes de ponernos a dormir, cuando haya habido algún motivo, discusión o problema?
¿Estamos preocupados de que no practiquemos nuestra fe, como una familia?
¿Estamos preocupados por la manera en que nuestro futuro cónyuge toma en cuenta los sentimientos de otras personas, cuando toma decisiones?
¿Estamos preocupados por los problemas que pudieran surgir, al dividir las futuras tareas de la familia, debido a las diferentes costumbres de cada uno de nosotros?
¿Estamos preocupados si no podemos dedicar el tiempo necesario, para hacer crecer nuestro matrimonio?
¿Estamos preparados para afrontar los múltiples cambios, en estilo de vida que se darán con nuestro matrimonio?
¿Estamos seguros y conscientes, de que no hay ninguna objeción propia o ajena, relacionada con nuestro matrimonio?
¿Hay algunas cosas que no queremos o podemos dejar por el matrimonio?
¿Hemos dialogado para que las decisiones sobre nuestras actividades conjuntas, debamos hacerlas de común acuerdo?
¿Hemos dialogado que en el matrimonio, no se trata solamente de no querer hacer, sino que también existe el no poder hacer, pues no siempre se puede hacer lo que se quiere?
¿Hemos dialogado sobre cómo mantendremos nuestra imagen externa, física y socialmente?
¿Hemos dialogado sobre cómo organizar y ordenar las cosas y tareas en el hogar?
¿Hemos dialogado sobre el sentido y significado del Sacramento del Matrimonio, su indisolubilidad para siempre y en cualquier circunstancia, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas, hasta que la muerte nos separe?
¿Hemos dialogado sobre nuestra salud actual y nuestro historial clínico, físico y mental?
¿Hemos dialogado sobre nuestros testamentos vitales y familiares, apellidos para el cónyuge, para los futuros hijos, estatus migratorios etc.?
¿Hemos dialogado sobre posibles compromisos legales o personales, relacionados con la manutención de padres, hermanos, esposa o hijos anteriores?
¿Hemos dialogado y acordado, sobre el significado de la incondicional fidelidad, de ambos cónyuges, en el Matrimonio?
¿Hemos establecido unos objetivos en los temas religiosos, económicos, profesionales y sociales, además de los medios para conseguirlos y los controles para vigilarlos?
¿Hemos otorgado el llamado testamento vital, testamento mortal o documento de voluntades anticipadas, para enfermedades o situaciones graves?
¿Nos hemos comprometido, a que periódicamente revisemos las respuestas de este cuestionario, para ver las cosas que hemos corregido y las que quedan todavía pendientes?
¿Nos preocupa la convivencia familiar, con los hijos que aportemos al nuevo matrimonio?
¿Nos preocupa que nuestras anteriores vivencias sobre el matrimonio, vayan a influir de manera negativa, en nuestro futuro matrimonio?
¿Nos vemos como personas competentes y confiadas para los compromisos, que voluntariamente vamos a adquirir?
¿Podemos ser felices, solamente si estamos casados?
¿Pondríamos o no pondríamos condiciones, para mantenernos casados, si hubiera habido infidelidad?
¿Pueden los malos tratos recibidos anteriormente por los futuros cónyuges, afectar la relación en el matrimonio?
¿Queremos casarnos solamente, porque hemos llegado a una edad donde todos lo hacen, o para afianzarme socialmente, o para controlar las apetencias sexuales, o para solucionar los intereses económicos propios o de la familia?
¿Reconocemos la importancia de ser padres y también de ser pareja?
¿Somos conscientes de que la mayoría de las veces, la falta de diálogo origina muchos problemas, que fácilmente podrían solucionarse, hablándolos directamente?
¿Somos conscientes que las respuestas a las preguntas prematrimoniales, realizadas con cuidado, no deberían causar dudas, asperezas o ansiedades y que producirán el efecto, de una maravillosa prueba de mutua confianza?
¿Tenemos dudas respecto a que el compromiso en el futuro matrimonio, sea lo suficientemente fuerte, para que dure toda la vida?
¿Tenemos formas y mecanismos, para obtener ayuda espiritual y emocional de otros con experiencia, que apoyen el estilo de vida matrimonial que nosotros valoramos?
¿Tenemos muchos o pocos intereses o actividades, aparte de estar pendiente del futuro cónyuge?
¿Tengo miedo de que mi futuro cónyuge, pueda hacerme daño físico o emocional?
8- Sexualidad matrimonial
¿Consideramos que nuestra vida sexual matrimonial, es una manera de sentir el amor que Dios nos tiene?
¿Creemos que nuestra relación sexual, sea afectada por los cambios en necesidades, humores y técnicas de expresión sexual?
¿Estamos abiertos a la idea de tener hijos cuando lleguen o a esperar hasta cuando nosotros queramos?
¿Estamos de acuerdo en la interdependencia de sexo e intimidad?
¿Estamos dispuestos a no utilizar el sexo, como una herramienta para controlar al otro?
¿Estamos preocupados cuándo nuestro futuro cónyuge, no siente celos si presto atención a personas del sexo opuesto?
¿Estamos totalmente de acuerdo, sobre la forma de mantener nuestras futuras relaciones sexuales?
¿Hemos acordado no tener hijos?
¿Hemos conseguido ponernos de acuerdo sobre, cuándo y cuántos hijos queremos tener?
¿Hemos decidido el método natural de planificación familiar, que utilizaremos para mantener una paternidad responsable?
¿Hemos dialogado abierta y sinceramente de nuestras necesidades, deseos, preferencias y temores sexuales?
¿Hemos dialogado sobre si las formas de nuestras relaciones sexuales puedan afectar nuestros métodos de planificación familiar?
¿Nos debería preocupar si en algún momento tenemos pensamientos o sentimientos homosexuales?
¿Nos debería preocupar si en algún momento tenemos pensamientos, sentimientos o fantasías obscenas, sobre otras personas?
¿Nos preocupa que las previas experiencias sexuales, pudieran afectar de manera negativa, nuestra futura relación matrimonial?
¿Quiero una sólida relación sexual en el matrimonio?
¿Sentiremos vergüenza o incomodidad, al estar desnudos en nuestro matrimonio?
9- Trabajo, carrera profesional y familia
¿Creemos que nuestras obligaciones de trabajo y sociales, tienen prioridad sobre las prácticas y actividades religiosas?
¿Estamos completamente de acuerdo con el trabajo, ocupaciones, planes y carrera profesional de nuestro futuro cónyuge?
¿Estamos de acuerdo en lo relacionado en los roles familiares de ambos, sobre el trabajo externo y el cuidado de los hijos?
¿Estamos preocupados si nos involucramos demasiado, en nuestras carreras profesionales o en el trabajo?
¿Hasta ahora hemos logrado las metas profesionales, que cada uno nos hemos fijado?
¿Hemos dialogado y llegado a acuerdos, de cómo balancearemos y combinaremos las carreras profesionales y las obligaciones de ser padres?
¿Hemos dialogado y llegado a acuerdos en los temas de carrera profesional y trabajo?