Existe un método japonés para combatir la pereza que podemos aplicar para cuando nuestros hijos llegan a casa después de un largo día en el colegio y suelen traer los temibles deberes. Están cansados y no tienen ganar de hacerlos, ni hacer nada que les represente un esfuerzo. Si nuestro hijo además es de los que tardan más de diez minutos en contestar por escrito una pregunta o terminar una multiplicación sencilla, tenemos que buscar alguna solución.
A los padres nos preocupa el origen de esa pereza o lentitud. ¿Tiene dificultades o es un poco vago? ¿Cómo podemos conseguir que nuestro hijo no sea tan perezoso? La apatía es un sentimiento negativo que conduce a la inactividad y que afecta cada vez más a los niños y los adolescentes. “Uno de los problemas más frecuentes entre los adolescentes es el desinterés por participar en actividades conjuntas, así como la reducción de sus interacciones sociales, lo que afecta considerablemente su forma de vida”, explican en un estudio realizado en adolescentes de México.
¿Cómo sabes si tu hijo es perezoso o en realidad tiene miedo al fracaso?
La causa por la que unos niños son perezosos y otros no, es complicada de averiguar. A veces puede ser porque la tarea que tiene que realizar le parece a primera vista compleja y piensa que no lo logrará. Antes de comenzar a hacerla decide no empezar esta tarea para prevenir el posible fracaso o el error. Se trata de niños con baja tolerancia al fracaso que prefieren no hacer las cosas a hacerlas mal. Incluso pueden preferir hacer tareas más sencillas con las que están seguros de que van a tener éxito.
También puede ser que a nuestro hijo esa tarea no le guste o no le motive nada. Por ejemplo, los problemas de matemáticas o la lectura de un libro que le han mandado en el colegio y que le parece a primera vista aburrido. Incluso nuestro hijo puede pensar que no pasa nada por no hacer esa tarea, ya que no le va a suponer ni siquiera un castigo por nuestra parte.
La solución es comenzar a cambiar la situación y motivar a nuestro hijo a hacer aquellas cosas que le dan pereza. Al principio nos resultará muy complicado porque buscará todas las excusas posibles para no hacerla. Los padres y los profesores tendremos que utilizar estrategias como el juego, la creatividad y la imaginación para lograr que nuestro hijo no tire la toalla. Nuestro hijo tendrá que afrontar a lo largo de su vida muchas situaciones en las que la pereza no puede ser la solución.
La regla del minuto, método japonés contra la pereza
Educar es una tarea complicada para todos los padres, pero cuando los hijos son un poco perezosos o les cueste hacer una tarea podemos caer en la desesperación. Necesitaremos mucha paciencia para intentar que hagan todos los días los deberes sin protestar y sin tardar demasiado. Las tareas del colegio, arreglar su habitación o tener preparada la mochila la noche anterior para no llegar tarde a clase pueden convertirse para ellos en tareas complicadas e inabordables.
Una buena idea es aplicar la regla del minuto o el Método japonés Kaizen. Su nombre oriental se puede traducir como “sabiduría para cambiar” y su objetivo es conseguir que los niños dediquen un sólo minuto a alguna actividad o tarea que les dé pereza y se conviertan en perseverantes.
Este método japonés para combatir la pereza mejora los hábitos ya que consiste en destinar solo un minuto a la tarea que más les cuesta. La única condición es que realicen esta tarea siempre a la misma hora para así crear una rutina. Por ejemplo, si les resulta complicado recoger y ordenar su habitación, fijaremos una hora específica para que la realicen todos los días. Para ello podemos poner una alarma diaria a las seis de la tarde para que no se olviden de hacerlo nunca. Seguro que podrán empezar a ordenar su habitación dedicándole solo un minuto sin que les resulte complicado.
Un método eficaz para cambiar hábitos
Aunque parezca imposible, este pequeño y sencillo paso puede ser el comienzo de un cambio profundo en los hábitos de nuestro hijo. La constancia le ayudará a mejorar y cambiar esa actitud perezosa. El siguiente paso será ir aumentando el tiempo de forma progresiva. Por ejemplo, ese primer minuto a cinco y unos días más tarde a diez. Los padres iremos viendo como llegará un día en el que no le costará ordenar su habitación y además no le importará el tiempo que tienen que dedicarse a ello.
Aplicar este método japonés para combatir la pereza resultará sencillo y muy eficaz para lograr de forma progresiva que nuestros hijos vayan cambiando su actitud hacia aquellas tareas que hacen con pereza. Una actitud que les ayudará a afrontar cualquier reto en el futuro y les beneficiará en su vida de adulto.