Un año más, se han dado cita en la sede de la soberanía de los ciudadanos europeos los representantes de las organizaciones civiles que integran la Federación One of Us. En este mismo Parlamento, la Iniciativa Ciudadana Europea (ECI) presentó 2 millones de firmas demandando a las instituciones la protección del embrión humano desde su concepción reconociéndolo como One of Us, como Uno de Nosotros.
Intervinientes de 20 países , entre ellos Alemania, Bélgica, Bulgaria, Holanda, Italia, España, Eslovaquia, Portugal, Polonia, Francia, Luxemburgo entre otros países de la UE tomaron la palabra en este acto demandando precisamente esta protección a la vida y denunciando las amenazas actuales contra la misma así como la necesidad de una mayor atención a la mujer en su maternidad y a los mayores y enfermos en la etapa final de la vida.
En este mismo acto se presentó el proyecto de la Plataforma Cultural One of Us que pretende dar voz a los pensadores e intelectuales de los diversos países europeos que defienden los valores que inspiraron a los padres fundadores de la Unión Europea y cuya actividad y producción intelectual defienden y afirman los valores que constituyen la esencia de la Federación Europea One of Us.
A continuación de la Asamblea General, los integrantes de las diferentes organizaciones nacionales participaron en la sesión de la Semana por la Vida que cada año celebra el Grupo de Bioética del Grupo Popular Europeo y en la que One of Us participa activamente.
Semana por la vida
La sesión de la Semana por la Vida planteó las perspectivas que se deben tener en cuenta en la aplicación ética en las nuevas tecnologías. El debate se centró en torno a la posible representación de robots como personas jurídicas, la contemplación de un Código de Conducta Universal para ellos y la adaptación de la inteligencia artificial en el cuerpo humano. Como conclusiones de esta sesión, los ponentes denunciaron que “El despliegue de los avances científico-técnicos en áreas como la ingeniería genética y la biotecnología ha ampliado el horizonte de nuestros fines. Pero también ha incrementado la magnitud de unos efectos colaterales que podrían, incluso, desplazar la naturaleza humana hasta la irrelevancia”.
En este mismo sentido se concluyó que ¨en el escenario actual de la tecnología , que permite la humanización de lo artificial, es conveniente reclamar que la reflexión antropológica y la ética informen la praxis, y no sea la praxis quien determine una nueva antropología y una nueva ética. No cabe exigir a las ciencias que se impongan a sí mismas limitaciones éticas o que se pregunten por el sentido de la vida humana. Lo que el hombre es, y lo que le está permitido hacer, no es fruto de una reflexión de carácter científico, sino una cuestión de orden ético y antropológico.”
Ana del Pino
Coordinadora ejecutiva One of Us