Hace unas semanas la ONU actualizó su estudio sobre población mundial (1). Ya somos 7.300 millones de habitantes en el mundo, dos mil millones más que en 1990, y en el 2050 seremos 9.700 millones. Los países más poblados en esa fecha: India, con 1.700 millones, y China, con 1.350 millones. A mucha distancia, quedarán Nigeria y Estados Unidos, con menos de 400 millones cada uno. El peso de los españoles, menos de 45 millones, inferior al cinco por mil de la humanidad, sería casi nulo considerado fuera de la Unión Europea.
Analizado por áreas geográficas, Asia y África, pasarán de ser el 75 por ciento de la población mundial, al 80 por ciento en 2050. Europa y Norte América, juntas, bajarán del 15 a menos del 12 por ciento. Evidentemente, el mapa del mundo ya no es eurocéntrico, pero paulatinamente será cada vez menos occidental y más afroasiático. En África, el nivel de fertilidad actual es de 4,7 niños por mujer. Norte América y Europa, con menos de 1,9 y 1,6, respectivamente, se sitúan por debajo de la tasa natural de reposición generacional, caminan inevitablemente hacia una sociedad envejecida e insostenible. Una sociedad con historia, con pasado, pero sin futuro.
La sociedad europea necesita que las políticas familiares constituyan el núcleo duro de las políticas estratégicas. El futuro europeo se desarrollará sobre cuatro pilares: la defensa de la vida, la promoción de la familia, la valoración social del profesorado y la calidad de la educación. Es la hora de las políticas familiares en el posicionamiento geoestratégico de Europa. Es urgente sumar, no dividir.
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(1) «World Population Prospects». United Nations. Nueva York 2015