Mariano Calabuig está convencido de que «el Foro de la Familia no se va a parar». Su nuevo Presidente, elegido en Asamblea General el 12 de junio, es ingeniero de caminos, canales y puertos, y padre de tres hijos. Fue miembro fundador del Foro, aunque su labor se ha centrado casi siempre en la educación. Como Presidente de la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA), se implicó activamente en proponer alternativas a la Ley Orgánica de Educación (LOE) del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Hace dos años, se reincorporó a la Junta Directiva y al Comité de Dirección del Foro. Su elección se produce al haber completado ya dos mandatos el hasta ahora Presidente, Benigno Blanco, que llevaba ya dos años de prórroga.
Buen conocedor de la organización, Calabuig se muestra especialmente satisfecho por «la red de voluntarios que tiene el Foro en toda España, dispuestos a seguir trabajando para la defensa de la familia; y por la gran unidad que hay, siendo como es una asociación de asociaciones». Blanco deja al Foro «situado como la asociación tal vez más respetada en la sociedad española en lo referente a la familia. Es respetado por todos los organismos públicos e instituciones privadas; su opinión es importante».
Aunque, en apariencia, sus propuestas rara vez tengan éxito, «representamos a cuatro millones de familias, y una parte importante de la sociedad opina como nosotros. Si nosotros no somos la sociedad civil española, ¿quién lo es? Habrá que hacer uso de eso, y que los dirigentes políticos sepan que nos tendrán que escuchar».
Calabuig no cree que la familia esté en crisis: «Una institución natural como ella no puede estarlo. Lo que está en crisis es la sociedad, y esto afecta a la familia. Ahí es donde tenemos que trabajar, intentando salir de esta crisis que nos afecta colateralmente». La familia «tiene un gran prestigio social, pero me sorprende la falta de atención que recibe por parte de la Administración». Frente a esto, «vamos a intentar colaborar en positivo con todas y cada una de las instituciones» que forman el panorama socio-político actual, «presentando a todas las Administraciones públicas propuestas de apoyo a la familia. Luego ya veremos cómo actúan, si están dispuestos a ayudar o no».
En cuanto a las prioridades que se propone en su mandato, «seguiremos trabajando en el ámbito del aborto, del matrimonio. Pero mi línea de trabajo prioritaria, porque me parece fundamental, va a estar en la educación; no en los sistemas educativos. La sociedad actual lleva unos años despistada, por decirlo de alguna forma. Hay que ilusionar a los jóvenes para que vean que formar una familia entre un hombre y una mujer y tener hijos es un proyecto a futuro precioso; no pueden quedarse en relaciones sin más. No es algo que se consiga a corto plazo», pero se puede hacer «con mucha ilusión, paciencia y esperanza».
Artículo publicado en Alfa y Omega