Sin embargo, con ayuda de otros compañeros rebeldes como ellos, están dispuestos a desafiar al director del colegio Esperanza, el temible Falconetti, fundando el Club de la Canica. Pronto descubrirán que el lugar esconde secretos que pondrán a prueba su espíritu aventurero, y a sus andanzas se sumará la simpática Matilde, sobrina de Falconetti.
Cinta familiar de producción española, que adapta los personajes de tebeo de Editorial Bruguera creados por José Escobar. Bien es cierto que sus señas de identidad son sencillas, Zipi es rubio y Zape moreno, llevan un uniforme muy característico y ambos son muy traviesos. Los conocedores del cómic quizá echen en falta a don Pantuflo Zapatilla y su esposa Jaimita, que no tienen presencia alguna en la película. En cualquier caso, la sencilla trama de la cinta, de tono decididamente aventurero y pensada para los chavales, podía estar protagonizada por otros personajes cualesquiera.
Óskar Santos, que además de televisión había dirigido un thriller, El mal ajeno, entrega una película entretenida, ambiciosa en su diseño de producción y efectos visuales, a la que le gustaría poder decir que juega en la división de Harry Potter o Los goonies, aunque eso sería decir demasiado. A los pequeños actores les falta un punto de gracia –casi funciona mejor el gorditoFran Garcíacomo Filo que los protagonistas Raúl Rivasy Daniel Cerezo, Zipi y Zape–, y entre los adultos sólo sobresale Álex Angulo como Esperanza en las ingeniosas escenas del NoDo. Y al desarrollo narrativo, a base de resolver enigmas, le falta algo de chispa. Pero cumple sobradamente con la meta de entregar una película para todos los públicos, con potencial para ser vendida fuera de España. Lo que no es poco.