Es la primera vez que un protagonista directo del aborto puede hablar. En este caso no es sólo uno, sino cuatro. Son cuatro mujeres norteamericanas que sobrevivieron milagrosamente a un intento de aborto por parte de sus madres. Sus testimonios no poseen la más mínima nota de resentimiento, amargura o prejuicio contra nadie. Son más bien un alegato en favor del perdón, la reconciliación, la perseverancia y la alegría de vivir. En cada uno de los relatos, como en los diversos matices del arco iris, brillan características diversas que hacen de estas historias verdaderas epopeyas domésticas. Todas ellas, como un único haz de luz, irradian un profundo amor a la vida. Su lectura no le dejará indiferente