Pensemos en nuestra casa, como se suele decir “como en casa en ningún sitio”. Podemos estar en pijama o dar saltos en la cama que nadie nos ve. Podemos abrir la puerta y salir, abrir ventanas y ventilar, cerrarlas.
Ahora pensemos: ¿te gustaría estar en casa con la puerta o ventanas siempre abiertas y que vea todo el mundo lo que haces o cómo vives? Lo más probable es que tu respuesta sea NO.
Cuando abrimos una red social, ya sea por trabajo o por ocio, tenemos que tener en cuenta que no tenemos el control absoluto de lo que publicamos. Como trabajador en gestión de redes sociales te diré que “hay ventanas en Internet” que no se pueden cerrar.
Hay un pilar fundamental en nuestras vidas y en nuestra sociedad, las que define muchas veces cómo somos, que es la educación. Esta educación debe comenzar en el núcleo familiar, inculcando desde casa el respeto, el amor, la tolerancia. En los tiempos actuales que podríamos denominar sociedad 2.0, en los que el uso de la tecnología está al alcance de la mayoría, en los que los niños tienen alcance a esta tecnología desde pequeños, veo fundamental educar también a nuestros hijos en el buen uso de las tecnologías, de las redes sociales. Así como hay que tratar a los demás con respeto, educación, en las redes sociales debería ser también así.
No se trata de controlar todo lo que hacen nuestros hijos ni penalizar los malos comportamientos, se trata de educarlos en el buen uso de la tecnología y las redes sociales, explicándoles sus riegos, sus beneficios, sus limitaciones. La educación en las redes sociales parte desde casa, y como adultos tenemos la obligación de educar a nuestros hijos en este entorno 2.0 que nos toca vivir.
La legislación cuida especialmente de los menores, por su incapacidad de gestión y decisión en la vida “adulta”. Por eso, mi recomendación es que hagáis lo que mejor os parezca, pero tened en cuenta que puede haber ventanas que después no podáis cerrar, que debemos guardar respeto al prójimo incluso en redes sociales. Vamos a usarlas con cabeza, a disfrutar de ellas, a aprender y enseñar.
Por Paco Sánchez, técnico sanitario. Página web: Franciscosanchezaguilar.com
