La modificación substancial de educación para la Ciudadanía, al igual que la anunciada reforma de la Ley del aborto de 2010, demuestran que la movilización ciudadana y la defensa de los valores que merecen la pena van consiguiendo éxitos aunque sea poco a poco, con gran esfuerzo y con cierta lentitud. Todas las personas y entidades que en los últimos años vienen trabajando honesta y desinteresadamente a favor de la familia y la vida pueden sentirse legítimamente orgullosas de estar ayudando a construir un mundo más humano y habitable.
En ocasiones puede parecer que nuestro trabajo es inútil por que las manifestaciones, las protestas, las recogidas de firmas, etc no suelen producir un efecto inmediato sobre la vida política y las leyes. Pero ejemplos como los citados de EpC y el aborto demuestran que el trabajo responsable y continuado, sin desánimos por la ausencia de resultados a corto plazo, van produciendo su fruto.
Todo en la vida tiene un crecimiento lento y, como en el caso de las semillas, inicialmente oculto e invisible. Pero sino se deja de cuidar el jardín al final los frutos aparecen. Vale la pena