Estamos viendo en las últimas semanas cómo diversos gobiernos autonómicos ponen en marcha iniciativas de apoyo a la familia y a la maternidad, e incluso el Gobierno de la nación anuncia de nuevo la aprobación de un plan de familia. Estas son noticias positivas obviamente, pues suponen pasitos adelante en el imprescindible compromiso de las políticas públicas con una institución tan valiosa como la familia. Cada paso que se dé en esta dirección de crear y dotar presupuestariamente apoyos a la familia y a la maternidad será aplaudido por el Foro de la Familia, pues este tipo de políticas han sido y serán una permanente reivindicación nuestra, y su creación es uno de los fines estatutarios del Foro de la Familia.
Pero, dicho lo anterior, con la misma claridad debemos decir que con la aprobación de estas medidas no se comprará nuestro silencio frente a la renuncia a derogar la “ley del aborto”. Proteger la familia y desproteger la vida es algo profundamente incoherente y no puede ser eficaz, pues la razón de la eficacia social de la familia es dar y acoger la vida; sólo valorando la vida humana y en concreto la vida del niño por nacer como un bien digno de aprecio y protección, se puede valorar en serio la familia y la maternidad.
Aplaudimos y reivindicamos políticas públicas de apoyo a la maternidad pero no renunciaremos jamás a pedir, con la misma o más fuerza, que se proteja la vida del no nacido. La puesta en marcha de estas bienvenidas medidas profamilia no quitan ni una sola razón a la necesidad de la manifestación del 22N a la que sigue siendo imprescindible ir para reivindicar el valor de la vida, la mujer y la maternidad; las tres a la vez, no una de ellas sin las otras porque cada vida importa, cada madre importa.