En Gran Bretaña entró en vigor en 2007 una Ley cuyo presunto objetivo era la lucha contra toda forma de discriminación, especialmente por razón de la llamada orientación sexual,una Ley que tiene un evidente parentesco ideológico con el anteproyecto de Ley, sobre la misma materia, que ha empezado su tramitación en España.
Al amparo de la Ley británica ya ha empezado en aquel país la persecución y privación de derechos a quienes defienden que en materia de sexualidad no todo es igual de valioso y, en particular, a quienes no están dispuestos a afirmar la bondad de la conducta homosexual y a presentarla como igualmente valiosa que la relación hombre – mujer. En este mismo boletín se incorpora una noticia conforme a la cual un tribunal británico ha afirmado que la visión de la sexualidad de un matrimonio cristiano y, en particular, su juicio sobre las conductas homosexuales le convierten en potencialmente dañino para los niños, y en consecuencia, les priva del derecho de ser familia de acogida de niños desamparados.
Esto que empezamos a ver en Gran Bretaña, comenzaremos a verlo en España si se llega a aprobar el proyecto de ‘Ley de Igualad de trato y lucha contra la Discriminación’ elaborado por el ministerio de Leire Pajín.
Estamos viviendo el último giro de tuerca: se pasa ya de la normalización legal y pública de l a conducta homosexual, a intentar imponer desde la Ley un juicio obligatorio sobre la bondad de la conducta homosexual. Es la nueva intolerancia que ataca a nuestra libertad de pensamiento y juicio moral.