Ignacio García Juliá • Director general del Foro Español de la Familia
Su conferencia ‘La sexualidad sí importa, sin ningún género de dudas’ abrió ayer el curso ‘La educación afectivo-sexual en el ámbito educativo y sanitario’ organizado por la Universidad de Burgos con el apoyo de la Junta y del Ayuntamiento. Doctor ingeniero en Telecomunicaciones, García Juliá está vinculado al Foro Español de la Familia desde el año 2003. Fue uno de los responsables de la organización de la manifestación que en 2005 llenó las calles de Madrid en contra del matrimonio homosexual. Actualmente, es director gerente de la entidad.
Qué mensaje ha querido transmitir al público universitario?
Explicar en qué consiste la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción del Embarazo, cuyas explicaciones se han quedado cortas por la ampliación de la Ley del Aborto. Hay que explicar que utilizando la educación y la sanidad se va a imponer toda una antropología que cuando menos es discutible, es decir, no es única. Con estas conferencias queremos instar a los poderes públicos a que expliquen lo que es la educación afectivo sexual en su totalidad.
¿Qué aspectos les preocupan más de esta normativa?
La educación y la sanidad. Que se imponga por ley que a partir de los 11 años se va a enseñar sexualidad.
¿Cuál es el modelo que a ustedes les gustaría que se impartiera a los chavales?
Al que existe ahora mismo podríamos llamarle, por simplificar, defensivo, está basado en el placer y como el placer tiene riesgos se van poniendo barreras o parches a esos riesgos. El que nosotros proponemos está basado en el amor y en la entrega total del individuo en todas sus dimensiones: física, emocional, intelectual y espiritual.
¿Los universitarios a los que hoy se ha dirigido no son un poco mayores para recibir formación en esta materia?
No, no. De hecho, después de la charla se ha suscitado un coloquio enorme y han surgido muchas preguntas porque se ve que verdaderamente los jóvenes están bombardeados por una forma de ver las cosas y estaban sedientos de conocer otras perspectivas porque la sexualidad en los años universitarios también se vive y se vive mucho. Los términos que hemos empleado les son cercanos.
¿Le han transmitido alguna preocupación?
Habría que leer entre líneas. Fundamentalmente, en ellas, el no sentirse usadas, que las consideren más como personas con sentimientos y perspectiva en la vida. Y en ellos, que la presión del ambiente les obliga a comportarse de una determinada manera y no se les dice que hay otras formas de conocer el sexo.
¿Cómo es esa determinada manera a la que les obligan?
Pues que los chicos salen ‘a pillar’ porque es lo que continuamente están recibiendo a través de la televisión y de las redes sociales. Parece que hay solo una manera de comportarse.
Ustedes han sido muy duros criticando al Ayuntamiento por su campaña para prevenir los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual…
Sí. Las Administraciones tienen que acostumbrarse a recibir críticas, que es una manera muy sana de entender la vida pública. Si algo no nos parece bien, como asociación que somos de utilidad pública tenemos todo el derecho del mundo de levantar la voz y decir que están dando una información no completa y el Ayuntamiento tiene que presentar la información en su totalidad para que luego la gente con libertad pueda elegir lo que mejor le convenga. Nos quejábamos de que se exacerba la promiscuidad cuando no se dicen otras maneras de comportarse y otras formas de llevar a la juventud.
¿De qué manera campañas como ésta exacerban la promiscuidad? ¿Un joven oye hablar del condón y se le ocurre que tiene que ser más promiscuo?
Claro. Es que no le están aconsejando usar el preservativo sino que le están mandando el mensaje de que es el único medio eficaz y entonces no busca otra manera. Lo que le estás diciendo es ‘tú haz lo que quieras pero si te pones el preservativo no pasa nada’.
¿Cómo haría el Foro Español de la Familia una campaña para advertir a los chavales de los riesgos de un sexo no seguro?
Pues lo que estamos haciendo, contraponer una antropología diferente, proponérsela a los jóvenes diciéndoles que también les puede hacer felices.
¿Cómo es esta antropología?
Basada en el amor y con valores que hoy están muy denostados, no se sabe por qué, como la fidelidad.
¿Les sugieren no tener sexo?
Les sugerimos que el sexo sea utilizado cuando uno haya desarrollado en plenitud las cuatro dimensiones de las que hablaba antes. Ahora se les está empujando al sexo cuando todavía no están completamente formados -no digo física y emocionalmente- sino intelectual y espiritualmente.
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