Nota del Obispado de Getafe ante Eurovegas
El Obispado de Getafe manifiesta su preocupación ante la adjudicación del proyecto Eurovegas al municipio de Alcorcón, que pertenece a la Diócesis de Getafe. Recientemente se ha dado a conocer que el proyecto Eurovegas se ubicará en el municipio madrileño de Alcorcón, que forma parte de la Diócesis de Getafe. La noticia ha sido recibida con satisfacción por las administraciones públicas y por no pocos particulares. La expectativa de que las inversiones necesarias para llevar adelante el proyecto supondrá un incremento de la riqueza y un sustancial aumento de oferta laboral ha llenado de ilusión a muchos, especialmente a los que están sufriendo el azote del desempleo. No faltan, sin embargo, quienes han recibido con recelo la noticia y se preguntan por las consecuencias morales y sociales de un proyecto cuyo fin principal es potenciar los juegos de azar. Ante esta situación, deseamos manifestar desde la enseñanza de la Iglesia católica nuestra preocupación y nuestro compromiso.
1. Nos preocupa el impacto negativo que un complejo de casinos pueda tener entre las personas, tanto a nivel individual como social. La Iglesia apoya las iniciativas destinadas a la creación de riqueza y empleo, pero no a cualquier precio. En la actual tesitura de grave crisis económica, el macroproyecto de Eurovegas se presenta como una solución rápida al problema del desempleo, sin considerar su elevado coste moral y social. En la raíz de la crisis económica existe una profunda crisis moral que, sin duda, se acrecentará al promover una forma de negocio que enriquece a unos pocos a base de empobrecer a muchos.
2. Nos preocupa especialmente el daño que se puede hacer a las familias y a los jóvenes. Como han demostrado proyectos similares en otros lugares del mundo, Eurovegas generará nuevas patologías personales, familiares y sociales. La Iglesia enseña que «los juegos de azar (de cartas, etc.) o las apuestas no son en sí mismos contrarios a la justicia. No obstante, resultan moralmente inaceptables cuando privan a la persona de lo que le es necesario para atender a sus necesidades o las de los demás. La pasión del juego corre peligro de convertirse en una grave servidumbre» (Catecismo de la Iglesia Católica 2413). Cuando se potencia la pasión del juego se pone en peligro la vida familiar, la educación de los jóvenes y la misma paz social.
3. Nos preocupa que puedan acudir a Alcorcón y alrededores actividades nada deseables que suelen darse en torno a estos macrocomplejos, como la prostitución, el blanqueo de dinero o el consumo de drogas, y que la actual legislación española respecto al juego, que limita los efectos negativos que pueda tener el abuso de esta práctica, ceda a los intereses de unos pocos para potenciar los beneficios económicos del inversor.
4. La preocupación, sin embargo, no va a quebrar nuestro compromiso en favor de una promoción del bien integral de las personas. Invitamos, por ello, a todos los fieles cristianos de nuestra diócesis a implicarse de forma más decidida en la labor evangelizadora de la Iglesia, mostrando una renovada solidaridad con los que más sufren las consecuencias del desempleo, proponiendo a nuestros jóvenes alternativas de ocio conformes a su dignidad y custodiando el bien insustituible de la familia. Nuestra preocupación no debe ser mayor que nuestro compromiso.