NO VOLVÁIS IGUAL

por | Jul 20, 2022 | Artículos, Destacadas, Noticias

Al hablar de vacaciones de verano, lo primero que suele venir a la cabeza son conceptos como “playa”, “piscina”, “viaje” o similares. Pero hay una realidad que es compatible con todos ellos y que, de hecho, los engloba: el tiempo. 

Cuántas veces durante el curso nos quejamos de la falta de tiempo para poder hacer lo que quisiéramos. El ritmo de trabajo, las rutinas de colegios y guarderías, las tareas del hogar y los distintos compromisos sociales nos dejan muy poco margen para dedicar el tiempo que requieren otras actividades “no obligatorias” que nos gustaría hacer. 

Pues bien, llegan las vacaciones y, con ellas, se nos brinda la oportunidad. Para empezar, ya no hay una jornada laboral, tampoco colegios ni guarderías. Así, de pronto, nos encontramos con un mínimo de 8 horas de cada día disponibles para emplear no en compromisos impuestos desde fuera, sino en actividades que nosotros mismos decidamos. 

El descanso no significa no hacer nada, sino disfrutar de un cambio de actividad. Es imprescindible, por tanto, dedicar un pequeño esfuerzo intelectual previo a las vacaciones para decidir cómo emplearemos ese tiempo disponible, qué actividades queremos hacer, y organizarse -un calendario y un horario concreto ayudarán mucho- para establecer el cómo y el cuándo. No me refiero a que haya que ir con una hoja de Excel, agobiados por cumplir los horarios y la realización de dichas actividades propuestas, porque precisamente estamos hablando de disfrutar, y eso no ayudaría. Más bien me refiero a tener más o menos claro lo que nos gustaría hacer, atendiendo al tiempo disponible de nuestras vacaciones, y disfrutar haciéndolo. 

El descanso constructivo genera una satisfacción extra, al comprobar que ese cambio de actividad no sólo nos relaja, sino que además nos edifica. Nos hace un poco mejores. No hay fórmula mágica, ni un listado taxativo de actividades constructivas. Cada cual podrá hacer una “lista” distinta e igualmente constructiva, dependiendo de sus aficiones, sus circunstancias familiares e incluso del lugar concreto donde pasará sus vacaciones.  

Sin embargo, hay una regla general que sí es garantía de éxito, es decir, de descanso constructivo: lo que se decida hacer, hacerlo en familia. Juegos de mesa, deporte, paseos, largas conversaciones de sobremesa, etc. Si volvemos de las vacaciones sin ser una familia más fuerte y unida, es que algo no hemos hecho bien. Y, para eso, es necesario rozarse, mirarse, generar espacios de confianza y serenidad donde surja de forma natural la expresión de preocupaciones, de anhelos, de alegrías y penas de cada uno de los miembros de la familia. Donde compartir lo que cada uno lleve dentro ocurra sin más. Esto significa construir familia, hacer hogar -aunque estemos fuera de la residencia habitual-. 

Ese es el gran reto que desde el Foro de la Familia os proponemos para este verano: que dediquéis un ratito a pensar qué actividades (y cómo y cuándo) queréis hacer durante las vacaciones y que ese descanso lo aprovechéis en familia. Sin prisa, sin distracciones. Si las pantallas están apagadas, mejor, ya que lo fundamental es que estemos pendientes los unos de los otros, en familia, y no que estemos pendientes de lo que está tan lejos de nosotros, aunque lo hagamos juntos en un espacio físico. 

Si volvemos de las vacaciones conociendo y comprendiendo más a nuestro marido o a nuestra mujer y a cada uno de nuestros hijos, es que habremos triunfado. Y, además, si esto se ha cumplido, sí o sí querrá decir que lo habremos pasado en grande y que tendremos para siempre en la memoria un montón de buenos momentos vividos en familia. 

Feliz verano, familia. No volváis igual. 

 Javier Rodríguez 

Director General del Foro de la Familia. 

Foro Familia