Cada 12 de octubre se celebra la fiesta nacional de España coincidiendo con el día del descubrimiento de América. España tiene una historia como ningún otro país del mundo y de la que todas las generaciones de españoles debemos sentirnos muy orgullosos.
Según algún programa electoral, el respeto a los símbolos nacionales debe ser legislado, pues las nuevas generaciones no lo sienten salvo en el caso de alguna competición deportiva de ámbito internacional.
Si durante la etapa de formación escolar se enseñase la verdadera historia de España, las nuevas generaciones sacarían pecho por haber sido el mayor imperio que ha existido en la historia y no sería necesario legislar lo que no se legisla en ningún otro país: sentirse orgulloso de su patria y de su historia.
Lo mismo pasa con otras leyes, como la del aborto. En este caso, un partido político tuvo que cambiar de opinión para salvaguardar, según ellos, unos votos que no les iban a llegar nunca. Si la sociedad y, particularmente nuestros estudiantes, no hubieran sido manipulados y se les hubiese demostrado que el aborto es un crimen, no habría hecho falta ley alguna ni tan controvertida como la que hay, pues la mujer embarazada, por su propia conciencia, no habría abortado.
Si fuésemos conscientes de lo que supone un embrión humano, un ser vivo lo fuimos cada uno de nosotros en el vientre de nuestra madre, la sociedad no habría permitido, bajo ningún concepto, la congelación de embriones, su manipulación para la fecundación in vitro, ni el uso de células madres embrionarias para ensayos terapéuticos.
Para todo esto no nos habría hecho falta ninguna legislación, sólo una buena educación y formación de nuestros jóvenes.