El resultado que han conseguido es magro: en el conjunto de todas esas ciudades no se han movilizado más de 10.000 personas. Contrasta ese dato con la inmensa marea humana de más de un millón de personas que se concentró en Madrid el 17-O de 2009 para reclamar la defensa de la vida, la mujer y la maternidad.
En España existe una amplia mayoría que reclama leyes que defiendan la vida y que está dispuesta a hacerse presente en la vida pública para hacerlo patente y, por contra, la defensa del aborto se circunscribe al grupo de empresarios del negocio del aborto y a minorías radicalizadas e ideologizadas que son capaces de armar mucho ruido –incluso en las tribunas del Congreso de los Diputados- pero que no están soportadas por mayorías consistentes. Si el Gobierno cumple su compromiso de reformar la ‘Ley del Aborto’ estará atendiendo al sentir de una amplísima base social que no está dispuesta a acostumbrarse a la desprotección sistemática de la vida del no nacido y de la mujer embarazada.
El vuelco de la opinión pública a favor de la defensa de la vida empieza a ser ya un fenómeno claramente visible en toda América, que comienza a tener también manifestaciones políticas en muchos países europeos como acreditan los debates al respecto en Francia, Polonia, España, Hungría, etc. Apostar por la vida está de moda y cada vez lo estará más.
Los manifestantes del 17-O en Madrid son la foto del futuro.
