Las próximas elecciones generales son una ocasión estupenda para que la preocupación que compartimos por la defensa de la familia, la vida y la libertad la hagamos presente en el Gobierno de España a través de nuestro voto. Si se produjese un cambio político en España, como anuncian las encuestas, será el momento de hacer llegar aún con mas fuerza si cabe nuestra voz a las instancias parlamentarias y gubernamentales exigiendo un proceso profundo de regeneración humanista de España.
Además de los problemas económicos y estructurales que afronta España, no son menos graves los elementos desestabilizadores de nuestra convivencia que nacen de las leyes y las políticas que destrozan la familia, el derecho a la vida y libertades básicas para crear un patrimonio moral exigente como es la educación en libertad.
No se superará en sus causas últimas la actual crisis económica y moral de nuestra sociedad si no volvemos a apostar por matrimonios fuertes y comprometidos; familias unidas en que todos aprendamos a amar y ser amados; a educar en valores morales exigentes; y si no se supera esa inmensa injusticia que es la banalización del aborto en la conciencia social.
Sólo una sociedad construida sobre familias fuertes es capaz de educar a las nuevas generaciones transmitiéndoles un patrimonio moral exigente y abiertas a la vida como un bien. En España hay que afrontar con decisión, también desde la política, este proyecto de regeneración humanista.