El proyecto de ley sobre matrimonios entre homosexuales -actualmente en fase de tramitación parlamentaria- sigue generando un profundo debate jurídico. Así, la Real Academia de Doctores de España organiza esta semana, bajo la dirección del ex magistrado de la Sala Civil del Tribunal Supremo Luis Martínez Calcerrada, unas jornadas en las que se abordará este asunto y en las que participarán como ponentes tanto éste como el diputado del Partido Popular Jesús López Medel.
Martínez Calcerrada centrará su intervención en las modificaciones que el proyecto elaborado por el Gobierno introduce en el Derecho de Familia y hará un recorrido histórico sobre este fenómeno, constatando que los homosexuales son un colectivo «discriminado» que sólo en fechas recientes ha visto reconocido a nivel normativo su derecho a la igualdad. Y así ha quedado plasmado, por ejemplo, en el Tratado de la Constitución Europea.
Dicho esto, Martínez Calcerrada se centra en el matrimonio, su regulación en España y en la posibilidad de dar cabida dentro de esta institución a las parejas formadas por personas del mismo sexo. La conclusión a la que llega el ex magistrado y catedrático es que la Constitución española, «que sanciona sin discusión el derecho a la igualdad», reserva de forma «categórica» el derecho a contraer matrimonio a las parejas heterosexuales cuando, en su artículo 32.1, dice que «el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica».
Calcerrada advierte que podrán casarse «amigos sin proyectos de convivencia»
El magistrado del Supremo señala en su ponencia que la ley puede llegar a tener un efecto «singular o tal vez no pretendido» al abrir la puerta del matrimonio, con idénticos requisitos y derechos y sin otras precisiones, a las parejas formadas por personas del mismo sexo. Sostiene que el texto legal conduce, por ejemplo, a que puedan contraer matrimonio «amigos íntimos aunque sean heterosexuales» y sin que entre ellos exista un proyecto de convivencia.
Institución monolítica
Martínez Calcerrada se opone a que las uniones entre homosexuales se regulen bajo la institución del matrimonio, aunque asegura que este colectivo tiene derecho a que el legislador «colme sus legítimas aspiraciones evitando cualquier síntoma o efecto discriminador». Así, propone que se hable de «casamiento», pero no de matrimonio, que es una «institución monolítica» y «anclada en sus propias raíces etimológicas». La palabra «matrimonio» viene del latín «matris-monium», que significa «carga de la madre».
De acuerdo con las tesis del Consejo General del Poder Judicial y del Consejo de Estado, el ponente se opone radicalmente a la posibilidad de que las parejas de homosexuales puedan adoptar, hecho que califica como «aberrante» y que, en su opinión, sólo generará daños a los menores por la pérdida del referente «padre» y «madre».