«Aunque las mujeres con nacionalidad ecuatoriana y colombiana son los colectivos más numerosos, las mujeres con nacionalidad marroquí fueron las que más hijos tuvieron, con el 19,7% del total de nacimientos de madre extranjera«, dice el INE en una nota.
Los fallecimientos también suben, y por eso el crecimiento vegetativo de la población (la diferencia entre nacimientos y defunciones) ha experimentado una subida más modesta: 56.134 habitantes más en 2003. Este incremento, con todo, es mayor que en 2002, y una de las principales razones, según el INE, es que la diferencia entre los nacimientos y defunciones de extranjeros da un saldo positivo de 44.600.
Las mujeres marroquíes son las más fecundas, como se vio arriba, pero la mayor parte de los fallecimientos de extranjeros (73,7%) son de ciudadanos de origen europeo, sobre todo británicos y alemanes, que son los que tienen una edad media más avanzada.
La tasa de fecundidad (número medio de hijos por mujer en edad fértil) repunta con timidez. España era el segundo país más fecundo de Europa en 1976, pero fue cayendo hasta alcanzar la penúltima posición en 1999, y allí sigue instalada, casi empatada con Italia y Grecia. Si en vez de la Europa de los 15 consideramos la de los 25, España asciende a la 18ª posición gracias a la pobre fecundidad de Eslovenia, Letonia, Lituania, Polonia y las repúblicas checa y eslovaca.
De los 210.155 matrimonios registrados en 2003, en 25.618 uno de los cónyuges era extranjero. De éstos, la mayoría (44%) casaron a un hombre español con una mujer inmigrante. El caso inverso es menos frecuente (30%). Y lo más infrecuente de todo es que dos extranjeros se casen entre sí (26%). El número total de matrimonios ha subido, pero la tasa por mil habitantes ha bajado (de 5,07 a 5,02).