Entrevista a Rafael Caamaño, presidente de CECE Sevilla y secretario general en Andalucía.
Más de 500 titulares de centros educativos de todo el país se darán cita del 5 al 7 de noviembre en Sevilla para participar en el 43 congreso nacional de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), patronal de la educación privada que cuenta con más de 5.000 empresas asociadas, de las que unas 430 son andaluzas. Como anfitrión del encuentro, Rafael Caamaño considera que la variedad de centros de distintas autonomías que asistirá al congreso contribuirá a un completo y exhaustivo análisis de la situación por la que atraviesa la educación en España.
-¿A qué obedece el lema del encuentro «Liderazgo y excelencia en un mundo global»?
-Son los objetivos más importantes en los que tienen que trabajar los centros: por un lado, en ser líderes y, por otro, en formar a líderes. Para ello es imprescindible la excelencia de la educación en todos los niveles, que no significa elitismo ni selección, pues líder puede ser cualquier persona con independencia de sus circunstancias sociales o familiares. La sociedad vive en la actualidad una crisis que no es sólo económica, sino de valores, de liderazgo. Y éste lo tienen las personas con criterio, con un nivel personal y profesional alto, por lo que los centros educativos sentimos esa responsabilidad para mejorar la sociedad.
-Pero eso, ¿cómo se consigue?
-Con la excelencia en todos los ámbitos; sobre todo, con profesores ilusionados y bien formados, con directivos con criterio y valores, y también con una permanente innovación pedagógica.
-El encuentro pondrá de manifiesto, a su vez, la apuesta por una escuela de iniciativa social, plural e innovadora
-Nuestros centros son todos de iniciativa social porque responden a una demanda evidente y altísima tanto de colegios privados como concertados. Y nos parece esencial para un país, que no puede depender sólo de una iniciativa pública sino de la actividad de empresarios y promotores, en este caso de centros educativos con una alta demanda. Todo ello tiene su fundamento en la libertad de enseñanza que reconoce nuestra ley y en el convencimiento de que es la sociedad civil la que ha de protagonizar el desarrollo social. En este sentido, desde la CECE sentimos la responsabilidad de responder con una oferta educativa de la máxima calidad posible, aunque actualmente el sistema de regulación de nuestro país no facilita muchas veces que se pueda dar una respuesta en toda su amplitud a la demanda de las familias.
-¿Cuál es entonces el mayor reto que afronta la enseñanza privada?
-El de la calidad, la excelencia y el de poder responder a la demanda de proyectos educativos diversos que eligen las familias. Estamos convencidos de que la crisis que estamos padeciendo es, en el fondo, una crisis de valores y de formación. Consideramos que no es el Estado el que educa, sino la familia y el colegio. Nos sentimos protagonistas de la verdadera solución de la crisis, una circunstancia que se repite periódicamente y que mientras no se ataque de raíz la verdadera solución, que es la educación, no se resolverá. El reto, por tanto, es responder de verdad a esa necesidad de la sociedad. Lo que precisamos es una mayor autonomía, apoyo de la legislación y de los gobiernos, que entiendan también que todo esto debe nacer de la iniciativa social que es complementaria y nunca competidora de la enseñanza pública.
-¿Qué esperáis, pues, del Gobierno que salga de las próximas elecciones generales?
-Ese será, precisamente, uno de los asuntos que abordará el congreso. El pacto por la educación, la estabilidad normativa, el respeto por la autonomía de los centros y el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos, serán algunos de los temas que se pondrán sobre el tapete. Que los partidos políticos se den cuenta de que el ámbito de la libertad en educación es fundamental; libertad para la creación de centros y para las familias a elegir. Cualquier partido que respete esos ámbitos tendrá nuestro apoyo.