Con los resultados de las elecciones de ayer, las mayorías políticas pierden poder y se abren espacios para la iniciativa social. Los dos grandes partidos políticos pierden, en gran parte, el cuasimonopolio del que habían gozado en la expresión de la voluntad de la sociedad.
Temas como el problema demográfico, el fracaso escolar masivo, el aborto como drama humano y del fracaso familiar como problema colectivo, libertad de educación, etc., son problemas de los que todos hablan.
Una España menos controlada desde el poder político será más adaptable y admisible a la soberanía de la sociedad civil.
No sabemos a qué tipo de acuerdos podrían llegar entre los partidos para gobernar pero a todos ellos les recordamos la gran cantidad de promesas que durante la campaña electoral hicieron para potenciar la familia como base fundamental de la sociedad.
Por tanto, suponemos que las posibles medidas que puedan tomar sean de apoyo y fortalecimiento de la institución familiar.
No sabemos si los españoles volveremos a ser convocados a unas nuevas elecciones dentro de unos meses. Puede ser un periodo suficiente para un análisis de su conducta y, por tanto, para una reconsideración del voto.