El colegio público San Isidoro de Madrid, muy cercano al Parque del Retiro, ha rechazado implantar un curso de igualdad para alumnos de 6º de Primaria en calidad de actividad extraescolar. Un padre ha presentado varios escritos para evitar que se imparta en las aulas. Y lo ha conseguido.
Los miembros de la Asociación de Madres y Padres (AMPA), tuvieron noticia de que los agentes de igualdad de la Junta del Distrito Centro acudirían al colegio el lunes para impartirles una clase de igualdad, que a su vez darían a los chavales de 11 y 12 años durante el primer trimestre del curso 2018/2019.
Uno de los miembros del AMPA, Gabriel Araújo, envió sendos escritos, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, a la asociación y a la dirección del colegio solicitando la suspensión de los talleres. El centro ha tomado en consideración sus alegaciones y ha decidido que no se imparta el curso en las instalaciones del centro.
Este padre afirma que el acuerdo del AMPA no fue sometido a votación de los asociados, ya que ni siquiera se les comunicó que se estuviera estudiando el asunto. Además, asegura que vulnera el deber de neutralidad ideológica que debe mantener todo colegio público.
Araújo señala a ECD que no es sospechoso de comulgar con postulados machistas, ya que colabora como voluntario desde hace más de tres años en la plataforma Mujeres artistas contra la violencia de género en España, Ciudad Juárez (México), en el Parlamento Europeo, en Argelia y en Palestina. Así lo corrobora la presidenta de la asociación, Cristina del Valle, en un certificado al que ha tenido acceso este confidencial.
“Juegos en la diversidad”
Entre otras actividades, el taller incluye la celebración de “juegos en la diversidad”, a los que este padre ha asistido en otros colegios y que consisten, según afirma en los escritos presentados, en “cambiar el género a los menores para que experimenten la orientación sexual contraria a la que pertenecen biológicamente, y así por ejemplo, le dicen a un niño: <<Tú que te llamas Manuel desde ahora te llamarás Verónica y deberás comportarte como lo hace una niña. Levántate de tu sitio y camina ante la clase como lo haría una mujer, siéntete libre>>”.
“Lo mismo se hace con las niñas: <<Tú que te llamas Cristina ahora serás Roberto, coge de la mano a Clara como si fuerais marido y mujer y pasead por la clase>>, entre aplausos y aclamaciones de aprobación”, afirma seguidamente.
El temario incluye epígrafes como: eliminación de roles y estereotipos, ocio no sexista, clasificación sexo-género, la diversidad sexual y su visibilización, lenguaje no sexista y salto semántico.
Artículo 27 de la Constitución
Araújo sostiene que el carácter del taller es ideológico, dado el contenido del mismo, lo que vulnera el artículo 27 de la Constitución, que regula el derecho fundamental a la educación.
Añade la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que ha desarrollado este artículo y que impide al Estado formar en contra de las creencias de los padres o en una ideología concreta, especialmente en el caso de un centro público, que debería “abstenerse totalmente de todas ellas”.
“A espaldas de los asociados”
Asimismo, este padre denuncia que la dirección del AMPA adoptó este acuerdo después de reunirse con los agentes de igualdad del distrito, sin haber notificado a los socios ni consultarles si estaban de acuerdo.
Además, considera que se han incumplido los estatutos del AMPA y la ley de asociaciones por no haber convocado una asamblea general extraordinaria en la que debatir y votar el asunto, y un reciente decreto de la Comunidad de Madrid que regula la utilización de inmuebles de centros educativos públicos.
El artículo 2.3 establece que la utilización de las instalaciones “deberá tener como objetivo la realización de actividades educativas, culturales, deportivas u otras que tengan un inequívoco carácter social, que no sean contrarias a los principios y fines generales de la Educación y que respeten los principios democráticos de convivencia, excluyéndose todas aquellas de marcado carácter privado o familiar”. Algo que, a juicio de Araújo, contraviene el citado taller de igualdad.