Autora: Yoko Ogawa
Editorial: FUNAMBULISTA
Un profesor de matemáticas lleva una vida solitaria desde que, casi veinte años atrás, sufrió un accidente y su cerebro quedó con la capacidad de recordar reducida a los ochenta últimos minutos y a sus conocimientos como especialista en teoría de los números. Cuando entra a su servicio una nueva asistenta, joven madre soltera, y lleva a su hijo de diez años de edad a la casa, nace entre los tres una amistad sincera y noble.
La autora va retratando la personalidad del profesor, lleno de ternura y sencillez, nada huraño sino cálido e interesado en los problemas de los demás, que con su gran capacidad para entender los números y descubrir el ritmo de cifras y operaciones -que se refleja con acierto- y de compartir sufrimientos o aficiones, como la del béisbol, da lugar a conductas entrañables. Se muestra cómo los buenos sentimientos de todos ayudan a superar limitaciones y errores.
Escrita con estilo cuidado y de léxico variado, la novela capta desde el principio la atención del lector. El postfacio de León González Soto aporta unas breves ideas sobre este libro. La novelista Yoko Ogawa (Okayana,1962) ha obtenido con esta obra, que publicó en 2003, el Premio Yomiurí, el de las Librerías Japonesas y el de la Sociedad Nacional de Matemáticas.