En el debate del Estado de la Nación ha estado clamorosamente ausente el mayor factor de estabilidad social y de justicia que sustenta actualmente la sociedad española: la familia.
Es muy llamativa la incapacidad de los líderes políticos españoles para reconocer a la familia como agente de estabilidad social, solidaridad interpersonal y amortiguadora de las consecuencias más dramáticas de la crisis económica. Especialmente sorprendente es esta omisión de toda referencia a la familia en el caso del presidente del Gobierno, que se presentó a las elecciones con un programa electoral en el que había un expreso compromiso con el desarrollo de políticas familiares activas. Unas palabras, por parte del presidente del Gobierno, de apoyo y agradecimiento a los padres de familia y a la institución familiar hubiesen sido de justicia; las palabras no tienen coste presupuestario ni incrementan el déficit público.
Esperemos que la omisión de toda referencia a la anunciada reforma de la Ley del Aborto no implique ninguna renuncia a los compromisos asumidos al respecto hasta ahora por el ministro de Justicia, de conformidad con el programa electoral del Partido Popular. Los plazos comprometidos por el señor Gallardón están a punto de vencer.