Con palabras no se arreglan los problemas pero las palabras son indicativo de una forma de pensar y cuando las pronuncia un presidente del Gobierno deben entenderse como un compromiso público de actuación política en favor de la familia.
En España nunca ha habido verdaderas políticas familiares, quizá por que la buena salud de la familia se daba por supuesta. Ahora es evidente que necesitamos esas políticas familiares. En primer lugar porque muchas familias se tambalean en su estabilidad, en su capacidad de recibir la vida con alegría y en el cumplimiento de su labor de educar a las nuevas generaciones. En segundo lugar porque leyes profundamente injustas, aún hoy en vigor, hacen un gran daño al matrimonio y a la familia. Y tercero porque es de justicia que las políticas públicas apoyen algo tan valioso para construir una sociedad justa como las familias que funcionan.
Esperemos que la novedad del reciente vídeo presidencial con motivo del día internacional de la familia sea el anuncio de un compromiso efectivo y rápido de mejorar la legislación española en materia de matrimonio y familia y de compromiso político y presupuestario con medidas de apoyo a la familia.