El debate sobre el derecho a la vida que se está dando actualmente en España, está teniendo un inmenso eco internacional. Lo que se dice aquí resuena a través de los medios de comunicación en todos los países del mundo y, por tanto, es esta una ocasión histórica para recuperar en positivo la conciencia universal sobre la superación del aborto.
Se notan en muchos países ya síntomas de hartazgo con el aborto y sus secuelas de muerte y dolor. Si España definitivamente da el paso de revisar la legislación sobre el aborto orientándose hacia un mayor compromiso con el derecho a la vida, muy probablemente en muchos otros países se abra en los próximos tiempos este mismo debate, de forma que esta gran lacra del siglo XX –la normalización social y jurídica del aborto-, sea sustituido por un siglo XXI que recupere el compromiso con la protección de la vida.
Estas circunstancias generan una inmensa responsabilidad a todos los que, por vivir en España en estos momentos, tenemos ocasión de influir en este debate y configurar la opinión pública al respecto. A nuestro alrededor se está hablando mucho y de forma continua sobre el aborto y la vida; y sería una terrible irresponsabilidad no contribuir a que triunfen -en nuestro ambiente particular y en el conjunto de la sociedad española- las posturas favorables al derecho a la vida y la protección a la mujer embarazada.
Por lo tanto, los defensores de la vida tenemos que ser valientes, formarnos muy bien en esta materia para transmitir a nuestro alrededor un apoyo total a la vida y a la mujer embarazada y generar una esperanza fuerte de que se puede superar el aborto y acabar con la cultura de la muerte. Todos y cada uno, por poco importantes que nos consideremos, debemos ser agentes activos en este gran debate sobre el derecho a la vida.