De nosotros depende que se afiance definitivamente, o no, una irracional e injusta situación que ha producido gravísimas consecuencias en España y en el mundo, tanto para la vida de millones de seres humanos como para el bien común desde que los derechos fundamentales pasaron a depender de la decisión de los legisladores y gobernantes de turno.
De nosotros depende que los derechos humanos dejen de ser, o no, un bien inviolable y propio de toda persona por la exclusiva razón de su pertenencia a la especie humana, a salvo de ideologías e intereses partidistas. De nosotros depende dejar al arbitrio, o no, de los detentadores del poder qué tipos de derechos, y sus limitaciones, formarán parte del sistema jurídico, y quiénes serán los titulares de esos derechos. De nosotros depende la decisión de claudicar, o no, dejando en manos de los poderosos la suerte de nuestro prójimo, con el riesgo de dejar la propia vida al albur del partido de turno.
De nosotros depende impedir, o no, el absurdo consistente en que los políticos, —personas tan falibles como cualquiera de nosotros—, pretendan seguir asumiendo la potestad de decidir sobre quién puede vivir, precisamente en el comienzo y al final de sus existencias, sin otro fundamento que el hecho de constituir un estorbo para alguien o para las arcas del Estado.
De nosotros depende la definitiva consolidación, o no, de la denominada política del descarte, de quienes no pueden por sus propios medios defenderse para impedirlo. Así pasa en el caso delaborto y la eutanasia, prácticas que desconocen el valor absoluto e inviolable de la dignidad de la vida de aquellos que, vulnerables en el vientre de sus madres y en el ocaso de la vida, tienen todo el derecho a la existencia y merecen el amparo del Estado y el apoyo de todas las personas, sensibles a su valor y dignidad.
El próximo 14 de marzo, a las doce de la mañana, nos manifestaremos en Madrid cientos de miles de españoles. Conscientes de nuestra responsabilidad moral ante el aborto, queremos volver a alzar nuestra voz reiterando que si casi todos los políticos en ejercicio han decidido consolidar como un derecho la muerte sistemática de seres humanos no nacidos así como el abandono de sus vulnerables madres, la sociedad civil ocupará su lugar hasta que algún gobierno recupere la racionalidad y el respeto moral por la dignidad del ser humano.
El actual Gobierno y clase política no han querido afrontar el apoyo económico que precisan muchas madres en España para seguir adelante con sus embarazos y se encuentran sometidas a un incomprensible abandono que las aboca al aborto, industria a la cual el Estado destina anualmente más de cincuenta millones de euros.
De nosotros depende, de ti y de mí, la regeneración moral de nuestra sociedad, sin la cual será imposible ninguna clase de reforma democrática e institucional que pretendan vendernos los hunos ni los otros. Es la hora de la sociedad civil. Es la hora tuya y mía. Debemos sacudirnos la costra del desencanto, de la comodidad, del egoísmo y de la indiferencia.
Es la hora de los principios y de hacer realidad lo que en conciencia queremos. De prestar nuestra voz a madres e hijos indefensosy de que sepan que cuentan con nosotros. De que los poderosos entiendan que ya no podrán utilizarnos apelando a nuestra paciencia y silencio. Hora de la esperanza y de la auténtica libertad. Del amor a la vida y la solidaridad. Hora de no quedarnos en casa el próximo 14M. Tu presencia y la mía son inexcusables e insustituibles, porque cada vida importa y cada madre importa.