Es la historia de una batalla sin fin entre las fuerzas del bien, que tratan de preservar el mundo natural, y las del mal, que pretenden destruirlo.
Los creadores de Ice Age nos presentan ahora Epic, una aventura menos delirante que la saga glacial en forma pero no en concepto. Un científico extravagante vive obsesionado con demostrar que en un bosque existe un micromundo de seres diminutos que luchan por mantener viva la foresta. Debido a su obstinación el investigador ha dado al traste con su carrera profesional y su matrimonio. A raíz de la muerte de su ex mujer, su hija adolescente se reencuentra con él en este peculiar lugar y por arte de magia se ve inmersa en una batalla épica, por salvaguardar el bosque, entre las fuerzas del bien y del mal en ese mundo microscópico de espada y brujería.
Como un cruce entre Cariño, he encogido a los niños y El Señor de los Anillos, Epic es una espectacular producción de animación para toda la familia. La textura de las imágenes en tonos pastel resulta muy acertada, así como la música de Danny Elfman, del cual también es la partitura de Oz, un mundo de fantasía, otra película de género fantástico estrenada este año.
Sin embargo al conjunto del film parece que le falta algo, que le falta garra en algunos pasajes. Aunque el argumento es algo estrambótico los personajes no lo son tanto, como sí lo eran en Ice Age. No obstante creo que la carencia de la película es que no hay un individuo más carismático que los demás. La galería de personajes está muy bien trazada sobre el papel, así como las relaciones entre ellos, pero todos se mantienen en una línea correcta sin que ninguno destaque por algo.
Por otra parte se esbozan temas interesantes en cuanto a tema familiar sobre la ausencia de alguno de los progenitores, la madre en el caso de la adolescente humana y el padre de un chico del micromundo fantástico. Esto hace interesante la trama y la construcción de personajes pero se queda muy en superficie en cuanto a tratamiento. Otras obras de animación han sido capaces de trascender el mero espectáculo tocando la fibra sensible del espectador con situaciones similares, como por ejemplo en Up, o en Buscando a Nemo. Sin embargo en Epic los temas están presentes pero no las emociones. También es verdad que estas cosas cuando se trata de buscar la emoción y no se hace bien se puede llegar al ridículo y la cursilería. En ese aspecto Epic se cuida mucho de no caer en eso, lo cual se agradece.
En resumen se trata de una película de aventuras muy entretenida que podría dar más de sí en el terreno de las emociones pero que se ha decantado por el mero espectáculo y lo cumple con creces. Recomendable para disfrutar de una sesión de cine en familia en estas calurosas tardes de un verano que ya se aproxima a su fin.