Para muchos padres, salir de casa con todo listo y a la hora que deberían se convierte en un desafío constante que termina por costarle gran parte de su energía. Los niños no se levantan, prefieren el pijama a la ropa para ir a la escuela y el desayuno ¡no les apetece nada! Conseguir que de lunes a viernes no haya una pelea a primera hora parece imposible, ¿verdad? Lo ideal es desarrollar una rutina de mañana más fluida, que permita realizar todas estas tareas sin prisa.
Además, este momento es importante para que ambos trabajéis en vuestra relación juntos. Sin duda, allí donde hay conflicto hay espacio para mejorar y para crecer en familia. Por esta razón es importante que reflexiones no sólo sobre el tiempo que necesitas para conseguir que todo vaya sobre ruedas, también debes tener en cuenta qué implica a nivel emocional para ambos. La escritora y madre norteamericana Nikkya Hardgrove publicó en The Washington Post un artículo en el que narraba cómo cada día su hijo de 10 años la desafiaba y ella terminaba totalmente agotada antes incluso de empezar su jornada laboral. En su caso, el pequeño no quería desayunar nada que no fuera pasta y la desobedecía todo el rato. Y ella perdía los nervios con él y le gritaba constantemente, a pesar de ser consciente de que ésa no era la mejor manera de actuar. En resumen, ¡cada mañana era una nueva batalla! Si no quieres que a ti te pase lo mismo, te damos algunos consejos para transformar tus retos matutinos en oportunidades para disfrutar.
1. Acostarse antes, levantarse antes
Uno de los grandes problemas de madrugar es la falta de descanso. Quizás, para evitar que se le peguen las sábanas a tus hijos lo mejor es que se acuesten antes. Así, adelantando la hora de acostarse, ellos descansarán lo suficiente como para despertarse completamente despejados, con energía ¡y a la primera! Si ya disfrutan de las horas de descanso apropiadas para su edad, prueba a llamarlos alrededor de 30 minutos antes del límite, de esta manera se podrán ir desperezando y comenzarán la jornada con menos estrés.
2. Preparar la mochila y la ropa la noche de antes
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Éste es uno de los refranes que debemos interiorizar para lograr comenzar con el pie derecho. En el caso de la ropa, si tienen que llevar uniforme al colegio, preparadlo juntos antes de dormir, de esta manera, todo quedará a mano en la siguiente jornada. Del mismo modo, si llevan prendas de calle a clase elegir el conjunto la noche anterior eliminará esa tarea a primera hora. Además, si eligen qué quieren ponerse con anterioridad, se levantarán con ganas de vestirse con aquello que han elegido, facilitando así todo el proceso.
Este mismo principio se puede aplicar a la preparación de la mochila. Una vez terminen de estudiar y de hacer los deberes la tarde anterior, que dejen lista la mochila. Así, ambos os aseguráis de que lleva todos los libros y cuadernos que necesitará. ¡Una cosa menos que hacer en tu rutina de mañana!
3. Planea un desayuno saludable y delicioso
No hay nada mejor para empezar la jornada que tomar un desayuno sano y delicioso que aporte la fuerza necesaria para comerse el mundo, ¿verdad? Elegid la noche anterior qué vais a tomar para convertir esta comida en un evento importante e interesante, algo que queráis hacer juntos. Recuerda que es fundamental que disfruten de una porción de fruta, otra de lácteos, algo de proteínas y de hidratos de carbono para que sea equilibrado. Una buena manera de combinarlo todo y crear un desayuno rápido y fácil de tomar es convirtiéndolo en un batido nutritivo.
4. Aprovecha para hablar con ellos
Entre el trabajo, el colegio y las extra escolares, cada vez disponemos de menos tiempo para pasar un rato con nuestros hijos. Incluye en tu rutina de mañana un rato para charlar con ellos y reforzar vuestros lazos. Por ejemplo, puedes preguntarles qué han soñado o qué les gustaría aprender en el clase. De esta manera, ellos sentirán que es un momento especial y no pondrán tanta resistencia.
Sapos y Princesas