Cualquiera que piense que en España el debate sobre el aborto está cerrado, o que es ésta cuestión irrelevante para la mayoría de la opinión pública se equivoca profundamente. Basta recordar el amplísimo debate social y las manifestaciones que acompañaron en 2009 y 2010 a la aprobación de la legislación vigente, así como el clamor en las redes sociales por el retraso en el cumplimiento del compromiso electoral del PP de derogación de tal Ley, para darse cuenta que en España como en EEUU ésta es cuestión que, cada vez más, será parte muy relevante en los resultados electorales.
Ni la sociedad española se ha acostumbrado al aborto ni el electorado olvidará los compromisos de los partido políticos en esta materia.
La sociedad española reivindica leyes que protejan la maternidad y a la mujer embarazada, que respeten y amparen la vida del no nacido, y que excluyan toda legitimación de soluciones violentas a cualesquiera conflictos que puedan plantearse alrededor de un embarazo.
Se acerca la mitad de la actual legislatura y el Gobierno aún está a tiempo de ser leal con sus electores en esta materia.