El debate sobre el aborto provocado suscita mucha controversia. Influyen muchos elementos, ideológicos, sociológicos, económicos,… que nada tienen que ver con la realidad del fenómeno. No parece razonable justificar actuaciones de este tipo con argumentos no objetivos, por el contrario la mayor clarificación debería aportarla una información científica rigurosa.
Un número muy alto de abortos provocados en España se han realizado bajo el supuesto de evitar un riesgo para la salud psíquica de la madre, pero ¿realmente disminuye el aborto el riesgo para la salud psíquica de la madre? No hay pruebas concluyentes al respecto, por el contrario numerosos estudios científicos demuestran que el aborto ocasiona en muchas mujeres un conjunto de graves trastornos psiquiátricos que se engloban bajo la denominación de “Síndrome Post-Aborto”. (SPA)
Uno de estos estudios realizado sobre una amplia muestra poblacional aporta datos al respecto. El autor de esta investigación, el profesor David Fergusson, miembro de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de Christchurch, Nueva Zelanda investigó en un grupo de 630 mujeres por un período de 25 años. A cada una de ellas se les hizo un seguimiento desde su nacimiento y se observó los desordenes en su salud mental relacionándolos con el aborto y el embarazo. A favor de la objetividad habría que señalar que el autor se ha declarado siempre a favor del aborto.
Fergusson afirma que los resultados de su investigación apuntan a que el aborto es la causa de múltiples problemas de salud mental en la mujer, y no al revés. Otros condicionantes en la situación previa de la mujer no cambian significativamente esta conclusión.
El científico ha declarado: “Estamos muy sorprendidos con los resultados. Esperábamos ciertamente que las jóvenes que tuvieran abortos fueran las que tuvieran una tasa más alta de problemas de salud mental, pero eso se debía a que nosotros pensábamos que diversos factores predisponían a la mujer a ambas cosas: a tener un aborto y también a tener problemas de salud mental. Lo que encontramos fue muy distinto”.
Fergusson y sus colaboradores hallaron, con respecto a la depresión mayor, que:
- Las mujeres de 15 a 18 años de edad que no habían quedado embarazadas tenían un 31.2% de probabilidad de sufrirla.
- Las que habían quedado embarazadas y no habían tenido un aborto tenían una probabilidad de 35.7%.
- Aquellas que habían tenido un aborto tenían una probabilidad del 78.6%.
Para el caso de ansiedad, las estadísticas fueron muy parecidas:
- Sin embarazo:37.9%.
- Embarazo y no aborto: 35.7%.
- Aborto: 64.3%.
Y para las ideas de suicidio, señal de padecimiento mental:
- No embarazo: 23%.
- Embarazo y no aborto: 25%.
- Aborto: 50%.
Las mujeres que tienen abortos a una edad mayor también tienen un considerable incremento en el riesgo de padecer enfermedad mental, pero los datos en las adolescentes son más dramáticos.
El debate del aborto aireado en los medios de comunicación muchas veces deja de lado un aspecto crucial: la forma como el aborto daña a la mujer y el detalle de estos daños. La defensa del derecho a la información hace imprescindible que se hable adecuadamente sobre estos efectos del aborto provocado, que es más nocivo para la salud psíquica que llevar el embarazo a término.
El aborto mata a un niño y daña a la mujer, eventualmente en su cuerpo y más frecuentemente en su mente. ¿Para quién puede ser bueno el aborto?.
Ferguson, DM, et al. “Abortion in Young Women and Subsequent Mental Health«, Journal of Child Psychology and Psychiatry 47:1 (2006), pp 16-24.