De hecho, en las multitudinarias manifestaciones en Francia contra el llamado “matrimonio para todos” –aprobado finalmente– había también grupos de homosexuales contrarios a la idea.
También en estos días han sido noticia dos conocidas lesbianas que, por motivos distintos, se han opuesto recientemente a la legalización del matrimonio gay. Una feminista australiana defiende que la institución matrimonial se opone al deseo de liberación sexual por el que siempre han luchado gais y lesbianas. Por su parte, una representante demócrata de Hawái ha votado en contra de un proyecto de ley porque no protegía suficientemente la objeción de conciencia.
Para Annamarie Jagose, buscar la respetabilidad del matrimonio entorpece la causa gay que debe proclamar los valores de la diversidad sexual
Annamarie Jagose, profesora de la Universidad de Sidney, se ha especializado en teoría feminista, estudios sobre gais y lesbianas y teoría queer. Con motivo del debate planteado en Australia sobre la legalización del matrimonio homosexual, Jagose ha publicado un artículo en la revista The Conversation para explicar por qué se opone a lo que exageradamente algunos llaman “el último derecho civil” que les falta a los homosexuales.
Su tesis es que el matrimonio, una institución “absurdamente opresora y cada vez más irrelevante”, es contrario a lo que persigue el movimiento gay: “Los grupos de lesbianas y gais, así como los de feministas –que históricamente se han solapado–, ensalzan desde hace mucho tiempo los valores de la diversidad sexual sobre los de la conformidad sexual representada por el matrimonio”.
Algunos activistas podrían objetar que el matrimonio homosexual es necesario para normalizar sus relaciones: logremos esta victoria simbólica y luego que cada cual decida si se casa o no.
Pero eso es precisamente lo que critica Jagose: al buscar la respetabilidad del matrimonio para los homosexuales, se envía a la opinión pública el mensaje equivocado, al perpetuar la ilegitimidad de aquellas opciones sexuales “que no se rigen por los valores del matrimonio: exclusividad, monogamia, estabilidad y convivencia bajo un mismo techo”.
El reto que plantea Jagose es más radical pero también más consecuente: en lugar de impulsar la legalización del matrimonio homosexual, “¿por qué no apoyamos y reconocemos las distintas relaciones íntimas que las comunidades gais, entre otras, mantienen desde hace décadas?”.
Jo Jordan, representante demócrata de Hawái, fue presionada sin éxito por activistas gais durante la votación
Legisladora, no activista
El Senado de Hawái acaba de dar el visto bueno a un proyecto de ley que legaliza el matrimonio homosexual en ese estado. Antes lo hizo la Cámara de Representantes, con el voto en contra de Jo Jordan, del Partido Demócrata, que ya es conocida en Estados Unidos como “la primera legisladora abiertamente homosexual que vota en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Según cuenta Jordan en una entrevista a Honolulu Magazine, el debate en la Cámara de Representantes incluyó 57 horas de testimonios a favor y en contra del proyecto de ley. La seriedad del asunto llevó a Jordan a plantearse durante ese tiempo varias preguntas: “Céntrate en lo importante. ¿De qué va esta ley? ¿Has escuchado las posturas en conflicto? ¿Has examinado todo? ¿Han quedado satisfechas todas tus preguntas?”.