Sin embargo, las políticas de igualdad de género traspasan en muchos aspectos la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para –no de forma inocente – realizar una nueva y gran revolución social. Es una revolución aparentemente inocua y progresista pero de consecuencias enormes y destructivas al tratar de entender al ser humano y a sus relaciones de una manera distorsionada en muchos aspectos. Mediante un lenguaje ambiguo y una política sexual ha comenzado en nuestra cultura una nueva antropología que está minando el concepto de familia, fundamento básico para cada individuo y de toda sociedad.