En defensa de la familia… ¿De qué o de quiénes hay que defender a la familia?
En realidad, la familia no está ahora peor que antes: tiene los problemas de nuestra época, como en otro tiempo tenía los de su época. Sin embargo, hoy hay un ataque ideológico contra la familia. Estamos en un momento cultural en el que, por primera vez en la Historia, se ataca a la familia conceptualmente. Lo que la Humanidad ha visto siempre como un bien -la relación de amor entre hombre y mujer; su compromiso mutuo; dar vida a los hijos…-, hay quien dice que es malo. Es la óptica de la ideología de género, que ve la institución matrimonial, la entrega vitalicia entre hombre y mujer, como una relación de poder que hay que erradicar para liberar a la mujer. Esta ideología también tiene fobia a la maternidad, porque dice que esclaviza a la mujer en su condición femenina. Ante esto, es necesario cargarse de razones para defender la familia en la esfera pública. Y eso es lo que pretende hacer el libro.
¿Cómo se orquesta ese ataque?
Se trata de la suma de varios factores. El primero, la crisis antropológica de la modernidad, que no entiende la naturaleza humana, ni cómo el hombre y la mujer pueden realizarse queriéndose y dando vida. A eso se añade un maltusianismo feroz y unas políticas imperialistas diseñadas para controlar el desarrollo de los pueblos del tercer mundo, a fin de garantizar su explotación económica en beneficio de los ricos del primer mundo. Esto se convirtió en política de la ONU en los años 70 del siglo XX. Hoy, el movimiento antipoblación es en lo que más dinero gastan las agencias internacionales.
¿Y qué pinta en esto la ideología de género?
Le da un soporte antropológico: al tener fobia al matrimonio y la maternidad, encaja con las política antipoblación. Por eso, la ONU adoptó la ideología de género y la convirtió en su agenda en las cumbres de El Cairo y Pekín.
¿Cómo afecta esto a la España gobernada por Rodríguez Zapatero
En España tenemos un Gobierno cuya única línea de actuación constante ha sido la marcada por esta ideología radical. No es invento suyo, pero el de Zapatero se ha convertido en un Gobierno muy atado, de forma consciente, a la ideología de género. Si se miran las últimas legislaturas se ve claro: Ley de violencia de género; Ley del llamado matrimonio homosexual; Ley del divorcio express; Ley de Educación, con EpC; Ley de biomedicina; Ley de técnicas de reproducción asistida; Ley del aborto. Ahora, quedan las restricciones a quienes no pensamos en clave de género, con la ley de limitación de la libertad religiosa y la de lucha contra la discriminación, que será contra la homofobia.
Si hace unos años hubiésemos preguntado estas mismas cuestiones, las respuestas no habrían sido muy diferentes. Sin embargo, ha habido, no sólo un despertar, sino un crecimiento notable del movimiento en defensa de la familia…
En España es evidente, y fuera de España, empieza a serlo cada vez más. Hay una conciencia más clara de que, para defender la familia, no basta con hacer familia en la vida privada, sino que es necesario salir a defenderla en la vida pública y en los medios de comunicación. Las familias tienen conciencia de estar siendo atacadas, pero también de su responsabilidad en la sociedad. Eso es lo que ha dado lugar al movimiento asociativo familiar en España, que tiene reflejo en Iberoamérica: el Foro de la Familia ya está asentado en Méjico, Uruguay y Argentina; pronto habrá un Foro Latinoamericano de la Familia; estamos en contacto con asociaciones de todo el mundo; intercambiamos información, materiales, criterios, experiencias…
Es decir, que no sólo hay efecto reflejo de las políticas anti familia del Gobierno, sino también de la respuesta…
De hecho, España está siendo el país avanzadilla del movimiento asociativo familiar, y somos ejemplo para países de todo el mundo. Con nuestra actuación, las familias españolas hemos lanzado el mensaje de que la corriente anti familia no es algo inevitable. Tenemos la responsabilidad de consolidarnos; de no dar batallas por perdidas, se aprueben las leyes que se aprueben; y podemos ser ejemplo y acicate para que nazcan movimientos similares en todo el mundo. En algunos sitios perdemos batallas, pero en otros, la gente buena se mueve y se consiguen grandes cosas.
En España tenemos ejemplos recientes: el Parlamento ha aprobado, a instancias de grupos familiares, ayudas para padres con hijos enfermos, y en Asturias, se acaba de aprobar la tramitación de la ILP de Red Madre…
En España, siete Comunidades Autónomas han aprobado la Iniciativa Legislativa Popular de Red Madre,y somos el primer país del mundo con leyes de apoyo explícito a la maternidad. En la medida en que el movimiento familiar tome cuerpo, los políticos nos harán más caso. En Europa hay un redescubrimiento de la familia, y cada vez más personas se dan cuenta de que nuestra crisis económica y demográfica no se arregla sin la familia. El problema es que no saben qué hacer. Quieren tomar medidas de estabilidad familiar, pero el divorcio es tal dogma para ellos que no saben actuar; les gusta que los niños vivan en una familia que los eduque, pero al legislar sospechan de los padres. Para que la gente entienda lo bueno que hay en la familia, hay que dar doctrina teórica, y también animar a la gente buena a mostrar, sin pudor, sus puntos de vista.
«Éste es un libro que toma parte, pero en el que todo se razona y donde no se ofende a nadie, un libro que se dirige a la razón pensante del lector», dice en el prólogo. Hacer pensar y llamar a las cosas por su nombre, ¿es dinamitar lo políticamente correcto?
Lo políticamente correcto es la expresión de una época de vacío intelectual, que vive de eslóganes. Se opina de temas complejos con una frivolidad exquisita. Para afrontar con rigor nuestra vida, hace falta razonar, fijar criterios. La ex ministra Aído, en el Congreso, respondió a una pregunta sobre si el aborto es acabar con una vida humana, y no dijo que no, sino: Eso no importa. Esto es lo políticamente correcto: No importa la realidad, sino lo que me conviene. El libro hace lo contrario: profundiza y aclara para encontrar una sociedad más justa.
¿Este libro es una mezcla de palabra y de testimonio?
Es palabra y testimonio, que anima a otros a convertirse en palabra y testimonio. Hoy es imprescindible dejar que los demás vean lo que llevamos en el corazón. Si rezamos, que se sepa; si somos felices en familia, que se sepa. Yo lo soy. Hoy hay gente que no reflexiona, y como con la palabra no llegas a ellos, lo mejor es que vean cómo vives. La clave para vivir una vida familiar plena y estable en el tiempo es tener convicciones firmes. Si te casas y no crees que es posible el matrimonio para toda la vida, cuando lleguen las dificultades, tirarás la toalla. Hoy mucha gente fracasa porque se ha creído el mito de que no es posible vivir feliz en familia. Por eso, el testimonio de familias felices genera certeza de que la felicidad en la familia es posible.
José Antonio Méndez