Con estas palabras valoró ayer Benigno Blanco en Córdoba la modificación legal sobre el aborto que el Gobierno tiene preparada para su tramitación parlamentaria tras los informes previos a que ha sido sometida.
El Presidente del Foro Español de la Familia intervino en la primera conferencia del ciclo de primavera organizado por la asociación Presencia Cristiana y la mayor parte de su intervención se dedicó a comentar cómo queda la defensa de la vida y de la maternidad en el citado proyecto de ley; también empleó parte del tiempo de su intervención en animar a los asistentes «a no cesar en la movilización en defensa de la vida del no nacido y de las mujeres embarazadas en situación de riesgo».
«En España —afirmó— el debate sobre el aborto siempre ha estado vivo y hay clara conciencia sobre el tema, cuando se aprobó la actual Ley reunimos a un millón y medio de personas en defensa de la vida, lo que demuestra que afortunadamente la gente no se ha acostumbrado», y recordó que en otros países, como Estados Unidos, se está avanzando también en línea de la citada defensa.
Blanco denunció no sólo la permisividad sobre el aborto, sino la trivialización y la frivolidad de que es objeto por parte de quienes lo defienden, aunque mostró su optimismo porque «esta situación no es irreversible». Asimismo, afirmó con rotundidad tres verdades incontestables: «La primera, ninguna mujer quiere abortar; segunda, las que dan a luz no se arrepienten de hacerlo, y tercera, muchas de las que abortan sí se arrepienten de haberlo hecho, porque el aborto es también un drama para propia madre que aborta».
La segunda conferencia del ciclo de Presencia Cristiana se celebrará en el próximo martes y será pronunciada por monseñor Santiago Agrelo Martínez, arzobispo de Tánger, y lleva el título de «Pobreza y migración».
