Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, explicó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de interés sobre su ponencia, La nueva tentación totalitaria: El género.
¿Cómo es esta ideología de género totalitaria?
El género es una ideología que en el fondo, es una antropología, una visión del ser humano que se basa en la idea de que en materia de sexualidad no hay nada que sea natural, y por lo tanto cada uno debe construir su sexualidad como un producto cultural sin fundamento y se ha convertido en una auténtica agenda política, de ahí salen planteamientos como el llamado matrimonio homosexual, determinadas concepciones de lo que es educación sexual en la escuela, la consideración del aborto como un derecho de libre disposición de la mujer, etc.
¿Ha calado en España?
Esa ideología ha calado en muchos países, entre ellos España y empieza a dar síntomas de querer imponerse aprovechándose del poder público, no sólo como una oferta ideológica en el mercado de las ideas, sino un intento de imponerse obligatoriamente, como si fuese la única ideología democrática. En concreto en España hay tres comunidades autónomas donde se han aprobado ya leyes muy similares, Cataluña, Galicia y Extremadura, que claramente representan esa vocación totalitaria, porque hacen suyas como leyes la visión del ser humano y de la sexualidad propia de la ideología de género y eso es totalitario, porque el Estado, la Administración pública, no puede defender ninguna visión concreta de la sexualidad, porque forman parte, las distintas visiones, del pluralismo ideológico y religioso propio de la sociedad española.
¿En qué sentido van esas leyes?
Sobre todo de imponer en la educación la visión de la sexualidad propia de la ideología de género como obligatoria y también de tratar de imponerla, por ejemplo, en los medios de comunicación. También prevén la creación de organismos que vigilen la aplicación de esas leyes, con fuertes sanciones a los que no cumplan con la imposición de esa visión de la sexualidad. Estamos viendo como una ideología pasa de ser un producto que compite en el mercado de las ideas a algo que desde algunas administraciones públicas se impone, en mi opinión, de forma totalitaria, porque va en contra de libertades aprobadas en nuestra Constitución.
¿En qué se basa esa perspectiva en concreto?
En transmitir en el sistema educativo que todas las formas de ver la sexualidad son exactamente iguales y tienen el mismo valor y que cualquier persona que afirme que unas formas de vivir la sexualidad son mejores que otras, está provocando una discriminación. Eso se traduce, algo que se dice en estas leyes, en hacer visible la perspectiva LGTB, lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y intersexuales. Se ven detalles como que en las bibliotecas de las escuelas tiene que haber libros que hablan de esas formas de sexualidad, de la diversidad afectivo-sexual y hay gente a la que eso le parece bien y otra, a la que no nos parece bien. No se entiende porqué la escuela pública debe ponerse al servicio de eso.
¿Parece que la sociedad va en ese camino?
La sociedad es muy plural, gracias a Dios, y en materia de sexualidad, especialmente. Lo malo es que el Estado haga suya una y la imponga, eso es malo por definición. La educación sexual debe darse en familia porque es un terreno en el que es imposible separar aspectos científicos objetivos de morales o personales, pero lo grave es que se imponga.
¿Vamos a esa imposición?
Yo al menos voy a esforzarme para que no ocurra. Los que amamos la libertad, debemos imponernos a este totalitarismo, porque no sólo está pasando en España, esto lo vemos ya también en el mundo anglosajón.
¿Porque es liberal?
Una imposición totalitaria como ésta no es liberal. Es preocupante ver cómo el Estado vuelve a meterse en la cama de la gente y en su visión de la sexualidad.
Entrevista realizada en La Tribuna de Albacete.