Blanco recordó “algunas verdades elementales de sentido común en este campo, cosa que ahora es necesaria”, porque, según él, “se usa el término familia de manera preocupante”. El presidente del FEF explicó que “el matrimonio no es sólo una cuestión de afectos y de sexo, sino que hay otros elementos fundamentales como la apertura a la vida y el compromiso. Lo específico del matrimonio es la vida, el surgimiento de la vida, y es lo que interesa al resto de la sociedad”. Por eso, señaló, “no puede confundirse esta realidad con las uniones homosexuales”, ya que “no hay familia donde no hay apertura a la vida, aunque haya afecto y sexo”. Respecto a la presencia de la familia en los medios de comunicación, aclaró que “hoy sólo se informa de las patologías de la familia, y por eso acabamos pensando que sólo existe lo patológico, olvidando la gran masa de familias que viven felices en nuestro país”. Por eso, explicó, “convocamos manifestaciones, para demostrarlo y que entre por los ojos a quienes no quieren verlo”. Por otra parte, Blanco añadió que “el acompañamiento educativo de los padres a los hijos necesita estabilidad, y por eso interesa a la sociedad que el matrimonio sea duradero. Estamos hablando de un dato de naturaleza: estamos llamados a educar a los hijos porque los queremos”. En este sentido, el presidente del FEF explicó que “los padres necesitamos que la sociedad nos ayude en esta tarea educativa, y de ahí la enseñanza. El sistema escolar está para ayudarnos, no para sustituirnos”. La educación consiste, según Blanco, en “hacer que los niños ejerciten su potencial lo mejor posible, enseñar a distinguir el bien del mal, discernir lo verdadero. Una parte es instrucción, enseñar cosas, pero lo más importante es el patrimonio humano y moral, que va a enseñar a los niños a ser buenas personas y felices”. “En épocas de convicciones débiles como la nuestra se vulgariza el papel de la familia. Nada es sólido, todo es cambiante, y el papel de la familia es más difícil, pero a la vez más apasionante”, subrayó. Blanco dijo que “el gran problema que tienen las familias para educar es la falta de un proyecto de persona”, y destacó que “sólo puede educar quien tiene una idea de lo que es ser buena persona”. “El desconcierto que hay actualmente se lo transmitimos a los críos. La sociedad actual ha roto con la tradición humanista de Occidente. No nos atrevemos a decir qué está bien y mal. Las familias, sin embargo, tienen que anclarse en una tradición moral para poder educar”, matizó. Según Blanco, la tradición cultural de Occidente se caracteriza por “la confianza en la razón”, sin embargo, “hoy lo normal es desconfiar de la razón” y añadió que “o recuperamos la fe en la razón, o no podremos educar”. A los hijos “hay que transmitirles certezas sobre lo verdaderamente importante, lo humano. Y la escuela debe proporcionar certezas también, para no formar niños con esquizofrenias. La escuela ha de respetar siempre el proyecto educativo familiar”. El presidente del FEF propuso “estar presentes en la enseñanza escolar de nuestros hijos”, de manera concreta: “conocer los profesores y los libros de texto”, o interviniendo en la educación a través de “las AMPAs, los consejos escolares, las tutorías…” un derecho que según el ponente “ejercemos muy poco”. Es un momento histórico crucial, según el presidente del Foro de la Familia: “no podemos estar pasivamente detrás, sino que tenemos que asumir una responsabilidad histórica: gestionar esa inmensa aventura que es la educación de nuestros hijos”. |