Ignorando las evidencias científicas, actualmente, estamos viviendo una época, tal vez la única en toda la historia de la evolución humana, en la que ciertos sectores ideológicos y políticos tratan de convencer a la sociedad de la identidad de ambos sexos. Prefieren ignorar la creciente bibliografía que demuestra empíricamente la existencia de diferencias innatas y mantienen en su lugar que hombres y mujeres nacen como hojas en blanco, en las que las experiencias de la infancia marcan la aparición de las personalidades masculina o femenina.
La pérdida de la esencia femenina implica necesariamente un menosprecio asimismo hacia la esencia masculina. De este modo, maternidad y paternidad son palabras sin sentido. La negación de la diferenciación sexual conduce a la identificación de las relaciones homosexuales con las heterosexuales, incluso desde el punto de vista legal, sin haber calibrado detalladamente las consecuencias sociales y psicológicas de tal medida. La familia se cuestiona debido a su índole natural bi-parental, esto es, compuesta por un padre y una madre.
Las tendencias descritas han permeado las leyes y han contribuido a organizar la sociedad sobre la confusión y la inmadurez. Se ha perdido la idea de una “verdad” sobre el hombre, cuya psicología se muestra fragmentada e impulsiva, carente de todo vínculo social.
Maria Calvo Charro es Profesora titular de Derecho administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid y Presidenta de EASSE-España (European Association Single Sex Education).