Una de las reformas estructurales que resulta imprescindible para modernizar España y aumentar la competitividad de nuestra economía es la del sistema educativo. El altísimo nivel de fracaso escolar y la pérdida de calidad de nuestra escuela no son compatibles con una economía viva, que apueste por la excelencia y creatividad del capital humano.
Factores clave de la degradación de la escuela española son: la apuesta legal por la pedagogía comprehensiva, la falta de transparencia e información sobre la eficacia de los distintos centros y profesores, y la escasa libertad de los usuarios para promover y elegir las mejores escuelas. La falta de libertad genera pérdida de calidad y, para encubrir ésta, el sistema se hace opaco y huye de la transparencia. Este es el círculo vicioso que hay que romper.
España necesita una escuela de calidad que forme alumnos excelentes y esto sólo se puede conseguir si se devuelve a las familias la libertad de elección y dirección de la educación que la Constitución les reconocía y si, en un contexto de autonomía de gestión de los centros, se refuerza a los docentes con el estímulo del reconocimiento de su autoridad y la posibilidad de una carrera profesional que incentive los mejores rendimientos en la formación de sus alumnos.
El Foro de la Familia reclama al nuevo Gobierno de España valentía para afrontar la reforma en profundidad de la escuela española que nuestro país necesita