El pasado 28 de octubre, Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó sus más recientes proyecciones de evolución de la población de España para el período 2014-2064. Tras analizar en detalle los datos del INE, la Fundación Renacimiento Demográfico desea comunicar a la opinión pública las sobrecogedoras conclusiones que de ellos ha extraído.
1.- Lo que se deduce de los datos del INE
1.1.- Despoblación
- El INE prevé que España pierda 5,6 millones de habitantes entre 2014 y 2064, que serían entre 9 y 10 millones sin la llegada neta de inmigrantes extranjeros que prevé el INE para este período (2,4 millones en total) y los hijos que esos inmigrantes tendrían en nuestro territorio, que ascenderían a 1-2 millones, según nuestras estimaciones.
- Más muertes que nacimientos desde 2015, algo que ya sucede desde hace varios años con los españoles autóctonos, y que hasta ahora se había podido compensar porque los inmigrantes aportan un número apreciable de nacimientos, pero relativamente pocos fallecimientos, al ser en promedio más jóvenes que el conjunto de los españoles.
1.2.- Hundimiento adicional -al actual- de la natalidad
- El INE prevé que los nacimientos caigan en España un 3,6% adicional en 2014 respecto de 2013 (cuando hubo 425.000), lo que supondría el sexto año consecutivo con menos nacimientos que el anterior, y que en 2023 nazcan un 25% menos niños que en 2013. Tras ello, el INE prevé un repunte de la natalidad por algunos años, cayendo de nuevo los nacimientos hasta menos de 230.000 en 2064, un tercio de los que hubo un siglo antes (1964), un nivel tan bajo que probablemente no se daba desde tiempos medievales, anteriores a los Reyes Católicos, en una España con 6 ó 7 millones de habitantes.
- En contraste, si el número de nacimientos se mantuviera constante en el nivel de 2013, y con los demás supuestos empleados por el INE para sus proyecciones, España no perdería nada de población, pues nacerían 6,4 millones más de españoles entre 2014 y 2064 que lo previsto por el INE.
1.3.- Envejecimiento estremecedor de la sociedad española
- Media de edad del pueblo español. Alcanzaría los 47 años en 2030, 50 años en 2040, 52 años en 2050, 54 en 2060. En la actualidad es de 43 años, y era de 33 en 1976.
- Hasta 2064, España ganará 7,4 millones de personas con 65 años o más (incremento del 87%), los cuales pasarán de ser el 18% de la población en 2014 (20% los españoles, sin incluir a los inmigrantes con sólo su nacionalidad de origen) al 39% en 2064. Y perdería 13 millones de personas con menos de 65 años (descenso del 34%) desde 2014 a 2064.
- Ahora, el 6% de la población de España tiene 80 años o más (eran sólo el 2% en 1976). En 2064, serían el 21%. Los nonagenarios y centenarios, que ahora representan el 0,9% de la población de España, serían el 8,4% del total en 2064.
- Ahora hay en España 3,6 personas en edad activa de 16 a 64 años –de las que trabaja algo menos del 60%, según la última EPA- por cada persona en edad de retiro. En 28 años, y aun jubilándonos a los 67 años, la proporción sería de sólo 1,8 a 1. ¿Qué pensiones y/o qué déficit de la Seguridad Social cabe esperar en esas condiciones?
- Aunque toda España estará cada vez más envejecida, el hundimiento demográfico de CCAA que ya tienen más muertes que nacimientos y una población con una edad promedio más elevada, como Asturias, Galicia, Castilla y León, Aragón, el País Vasco o Cantabria, alcanzará cotas especialmente preocupantes.
1.4.- Crece la soledad, con hogares cada vez menos poblados
- Cada vez habrá más gente viviendo en solitario, y los hogares, en general, estarán menos poblados. Según el INE, aumentarán un 27% los hogares unipersonales hasta 2029. Si en 2014 estos hogares son el 25% del total, en 2029 serían el 30%.
- Desde 2014 a 2029, se reducirá un 28% el número de hogares con cinco miembros o más, los cuales pasarán de ser el 6% al 4% del total.
2.- Conclusiones
Las proyecciones de población del INE dibujan una España en franco declive demográfico, cuyo capital humano, a efectos productivos y de expectativas de futuro, se va adeteriorar enormemente en cantidad, por pérdida de población, y en calidad, al alcanzar la población niveles récord de envejecimiento. Sin más nacimientos, el futuro del pueblo español será más o menos como el que dibuja el INE, con pérdidas adicionales de población si la esperanza de vida no crece de manera tan intensa como prevé el Instituto Nacional de Estadística –cosa que depende, entre otras cosas, de avances futuros en la medicina, cuyo alcance es imposible de conocer con exactitud en nuestro tiempo-, o una sociedad aún más envejecida si lo hace en mayor medida. Asimismo, una llegada de inmigrantes menor o mayor que la prevista modificaría el ritmo de nuestro declive demográfico. Pero sea como sea, o la natalidad en España deja de caer y, deseablemente, repunta con fuerza, o España está abocada a una inexorable decadencia humana, que afectaría muy gravemente a nuestra prosperidad y calidad de vida y, a término, a nuestra propia continuidad como sociedad.
Por ello, urge que la baja natalidad pase al primer plano de la agenda nacional. Y que tras estudiarse bien sus causas, consecuencias y posibles soluciones, el Estado y la sociedad española reaccionen ante este gravísimo problema, apoyando medidas que favorezcan un repunte sostenido en el número de nacimientos, y creándose un nuevo clima social a favor de la natalidad. De otro modo, el proceso de suicidio demográfico en el que España está inmersa por su insuficiente número de nacimientos nos lleva a una sociedad inviable, con tendencia a envejecer y perder población continuamente, hasta niveles que asusta siquiera imaginar.
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Nota final
La Fundación Renacimiento Demográfico es un centro de pensamiento, investigación y sensibilización social independiente, sin afiliación política o religiosa, sobre los problemas derivados de la baja natalidad y el envejecimiento de la población en España y otros países, así como sobre sus posibles soluciones.
Esta fundación, centrada en exclusiva en el gravísimo problema demográfico y social que genera la escasez de nacimientos, solicita ayuda para la difusión de sus mensajes, así comocontribuciones económicas (donaciones) para poder cumplir sus fines, sean de la cuantía que sean, porque apenas dispone de recursos. Al pie de esta página puede acceder a colaborar con nuestra Fundación.
Si esta fundación u otras entidades con fines similares no tienen éxito en su empeño, y no se produce un gran cambio en leyes y mentalidades en España a favor de la natalidad, las lúgubres proyecciones de población del INE comentadas en esta nota, muy probablemente, se harían realidad en sus trazos esenciales. En manos de la sociedad española está el evitarlo. Aún tenemos tiempo para reaccionar, aunque cada vez menos.