«Defendemos la libertad moral, no la religión católica»
G. MAESTRE, S/C de Tenerife
Tal vez no haya convocado manifestaciones multitudinarias como las que hubo con motivo de la aprobación del matrimonio homosexual, pero el Foro Español de la Familia acapara en su seno a la mayor parte de los padres que se oponen a que sus hijos reciban la tan traída y llevada asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC). Desde este punto de vista, se trata de una potente organización nacional que, además, cuenta con el apoyo explícito de la Iglesia y que busca que esta materia educativa no se aplique, o que se haga pero sólo en aquellos alumnos cuyos padres lo han decidido y no como una imposición. Invitado a Tenerife por la Plataforma Cívica de Familias Cristianas y Hazteoir.org, el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, explica por qué la mejor salida para este conflicto es la objeción de conciencia.
-Lo primero que quiero decirles a las familias para que puedan adoptar una decisión en libertad, pero con información real, es que la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC), tal y como se recoge en la norma jurídica, tiene como finalidad expresa formar la conciencia moral de todos los niños de entre 10 y 18 años, y esto es una auténtica expropiación del derecho constitucional de las familias a ser ellas las que decidan los contenidos morales que quieren para sus hijos.
-Realmente, ¿en dónde radica el problema de EpC?
-Hasta ahora las familias podíamos decidir conforme a nuestras convicciones, pero ahora los gobiernos se arrogan el derecho a entrometerse en este contenido y ser ellos los que lo decidan qué valores morales deben aprender nuestros hijos. Mi propuesta es que las familias se nieguen a que se les prive de este derecho que está por encima de cualquier otra ley, y es que el cariño y la preocupación que tenemos por nuestros hijos hace que queramos educarlos en la moral tradicional para que sean buenas personas y buenos ciudadanos.
-Educar en valores y moralidad es siempre positivo; sin embargo, parece que el problema se centra en los contenidos que contempla la asignatura. ¿Es así?
-Los contenidos son de una fuerte carga ideológica y dicen que la única fuente de criterios morales válida en democracia son las leyes. Es un planteamiento que se mantiene históricamente y que se conoce como positivismo, pero que muchos no compartimos porque no todos los valores que incorporan las normas son morales. Por ejemplo, la defensa al derecho a la vida, en el que el derecho español está poco comprometido y como se plantea es insuficiente desde algunos puntos de vista. En cualquier caso, lo importante no es lo que se dice sobre una cosa concreta en un libro u otro sino la concepción de la moral que inspira la asignatura, y eso tampoco lo compartimos.
-¿Qué se soluciona con la objeción de conciencia?
-Hemos estudiado el ordenamiento jurídico y nos ha parecido que es la forma más apropiada que tienen los padres para defender su libertad frente a esta intromisión del Gobierno. El hecho de que unos niños estén en un asignatura o no es consecuencia de que estamos en un estado pluralista. Igual que hay médicos que practican el aborto y otros que no, o gente que recibe transfusiones de sangre y otros no. En cualquier caso, la solución la deben dar las comunidades autónomas y a nosotros nos vale cualquiera que respete los derechos de los padres a educar a sus hijos.
-¿Conoce el caso concreto de Canarias?
-Si, me han notificado poco más de 200 objeciones de conciencia, pero es un proceso que está comenzando. En otras comunidades el proceso está más avanzado y hay cerca de 30.000 objeciones.
-Desde fuera parece que a EpC sólo se oponen los católicos
-No sólo somos católicos o personas vinculadas a la Iglesia, hay de todo. Nosotros lo que defendemos es la libertad y los padres que me comunican que han decidido objetar no me dicen si son católicos o no, pero lo que sí tengo claro es que con estas medidas defendemos la libertad y no la religión católica, porque lo que buscamos es que cada padre eduque a su hijo según sus convicciones, sea católico, masón, protestante, del Partido Socialista, del Partido Popular o de lo que sea.
-¿Qué tal es su relación con el Gobierno de Zapatero?
-Por desgracia ninguna, porque aunque hemos pedido reiteradamente ser atendidos por el presidente del Gobierno o los ministros de Justicia o Educación, el diálogo no parece que esté entre sus prioridades y jamás nos han atendido. Esperemos que en esta legislatura haya más talante democrático y de deseo de escuchar a la sociedad.
http://www.eldia.es:80/2008-04-04/actualidad/actualidad3.htm